Aunque nos pueda parecer que los días parecen discurrir como siempre, que las cosas siguen igual y que nada cambia, el plan de Dios se va cumpliendo bajo la voluntad de Dios.
“que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” Lucas 2:11
Pero ¿qué significaba que aquel niño fuese Rey? Para responder y comprender esta pregunta hay que reconocer lo que la narrativa de La Biblia nos cuenta desde el principio: Dios está trayendo la salvación a su creación a través del pacto que hizo con su pueblo Israel para acabar con el mal, el pecado y la muerte, por medio de la palabra vivificadora de Dios y de un Rey, el ungido de Dios que sería de la casa de David y que daría así cumplimiento las promesas de salvación de Dios.
Quizás a pesar de todo esto nos puede parecer que el mundo sigue discurriendo como siempre lo ha hecho y que nada ha cambiado. Sin embargo un pequeño gesto, reconocer a Jesús como Señor y Salvador, es el primer paso del cambio del mundo, el primer paso de una Navidad para la transformación del mundo: la Navidad de unos nuevos cielos y de una nueva tierra.

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