Felicidad del pueblo, mayor alegría del Dirigente

11/02/2016 4 min
Felicidad del pueblo, mayor alegría del Dirigente

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Síntesis del Episodio

El Dirigente Kim Jong Il, con el amor al pueblo como don innato, dedicó todo lo suyo para la felicidad y la alegría de todos los militares y civiles de Corea. Aunque padecía los sufrimientos inimaginables para el ser humano durante el largo y duro viaje, al encontrarse con los militares y civiles, tuvo amplia sonrisa en su rostro. Esta imagen suya está grabada todavía en el corazón de todo el pueblo coreano. El Dirigente tenía como su máxima el considerar al pueblo como el cielo, por tanto en la felicidad y alegría del pueblo, sentía mayor dicha y placer.
Un día de marzo del año 100 (2011) de la Era Juche, él estuvo en el Instituto de Ciencias de Verduras de Pyongyang. Luego de recorrer el invernadero de hortalizas, se dirigió al lugar de exposición en el terreno donde se veían las legumbres de diversas especies como pepino, tomate y berenjena, recién obtenidas por los científicos y técnicos del instituto, lo cual hacía recordar un mostrador abundante. Contemplándolo, el Dirigente Kim Jong Il dijo contento: Ahora se ha hecho posible suministrar en abundancia las legumbres frescas a nuestro pueblo en todas las estaciones del año. Este día alegre, vamos a tomarnos una foto. Los funcionarios e investigadores muy alegres se le acercaron a porfía.
El Dirigente contempló otra vez las hortalizas bien cultivadas y propuso tomarse foto detrás de las cosechas para que el pueblo se sintiera contento al verla. Y se puso de pie detrás del mostrador y rió a carcajadas, diciendo:¿Qué opinan ustedes? ¿No les parezco un vendedor?
Al instante, los allí presentes quedaron muy conmovidos con lágrimas en sus ojos. ¡Cuánta alegría le causó el poder suministrar mucha cantidad de verduras frescas al pueblo!
De ninguna manera, podemos narrar del todo aquí el amor del Dirigente al pueblo, penetrado en los rincones de nuestra vida. Él creó eternas riquezas para el pueblo aún en cualquier adversidad. En cierta ocasión, recordando aquellos tiempos inolvidables, el Dirigente dijo a los funcionarios: Mi alegría está siempre en la felicidad del pueblo. No escatimaré nada si el pueblo pueda vivir feliz. Para lograrlo, hago casi diariamente las visitas de trabajo a varios sectores como el ejército, fábricas y empresas. Admirando a él, los funcionarios, visiblemente conmovidos, derramaron las lágrimas.
Está guardada en lo hondo del corazón del pueblo la noble imagen del Dirigente Kim Jong Il que recorrió el largo camino de abnegación sin dar importancia a las malas condiciones climáticas, sintiendo mayor alegría en ver al pueblo dichoso.

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