Decíamos ayer. El partido de Vitoria tenía dos mínimos exigibles. 1: Competir. 2: Tener un plan de juego definido, reconocible. Sinceramente, creo que el Valencia no cumplió ninguna de las dos. El partido volvió a parecerme infumable. Y el equipo sacó un punto porque Julen volvió a ser el mejor y porque las porterías de Vitoria tienen postes. El Alavés mereció ganar. Estamos como estábamos antes del parón. Un flan a balón parado, problemas en la salida desde atrás, un socavón en el centro del campo, el entrenador quitando al bueno, Danjuma, casi siempre… Si les pregunto por los tres mejores jugadores de la temporada hasta ahora, estoy convencido que tendrán, como yo, problemas para llegar al segundo nombre. Corberán sigue sin ser capaz de detener la galopante involución de este Valencia que, lo digo con todo el dolor de corazón pero sin ninguna duda, no tiene ni puñetera idea de a qué juega.

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