La avispilla una plaga que afecta al almendro y que está llegando a la provincia de Cuenca. Este insecto no acaba con las plantas pero causa reducciones en la producción de hasta el 80%, además, es muy resistente al frío y encuentra refugios en árboles abandonados.
Los agricultores están preocupados porque es una amenaza relativamente nueva y existe mucho desconocimiento, no obstante, en algunas zonas de Francia llevan tiempo luchando contra ella y hay tratamientos fitosanitarios efectivos. En los micrófonos de Radio 90 hemos tenido al técnico de la empresa Crisol de Frutos Secos, Eduardo Casas, quien ha destacado que el objetivo es mantener este insecto en niveles por debajo del umbral de plaga y para esto es fundamental actuar en aquellos árboles abandonados.

Estos expertos también abogan por talar los almendros que estén secos y quemarlos para evitar la proliferación de la avispilla. Esta plaga tiene su origen en Crimea y se ha extendido por todo el arco Mediterráneo, llegando a España hace cinco años.
Casas ha explicado que hay un producto fitosanitario de choque para luchar contra la avispilla pero su utilización debe ser autorizada por el Ministerio de Agricultura.

La plaga está plenamente extendida por la Manchuela albaceteña y en la conquense hay parcelas afectadas en municipios como Villalpardo, Iniesta, Villagarcía o Quintanar del Rey.

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