lo tanto, nosotros, los Chohanes, estamos entre los presentes cuando ustedes ganaron la partida, por así decir, contra los otros dos
contendientes parra la encarnación. Pasa algo curiosos con la raza humana – después de entrar, queréis salir, y una vez que estáis fuera,
deseáis regresar de nuevo. Sería realmente cómico si no fuera tan doloroso para la conciencia personal. Mientras estáis de este lado del velo
en asociación con los Maestros y ángeles en los Templos, y veis el diseño para la Edad Dorada, veis los maravillosos mapas de Saint Germain
para esta Edad y estáis deseando fervientemente regresar a la Tierra. Una vez que habéis vuelto y crecéis en una familia donde las
asociaciones no tienen del todo una afinidad espiritual, el mundo no se somete a ustedes, y nadie escucha lo que tenéis que decir, hasta que
finalmente pensáis para ustedes mismos que quizá sea lo mejor para ustedes el dejar de hablar de vuestros deseos internos, y a continuación
empiezan a entrar las dudas y te preguntas en lo más íntimo de tu ser, si todo esto es cierto o no. Desilusionada, el alma entonces añora el
poder salir de todo esto. Finalmente llega la hora del regreso a los Ámbitos Internos y lo mismo vuelve a suceder una y otra vez. Hemos sido
testigos de todas estas experiencias, así que ¡os conocemos muy bien!
Oh, amados Míos, en el Nombre de Dios, ¡quedaos y acabad el trabajo esta vez! ¡Acabadlo por Mí y por ustedes mismos! Yo soy del Primer
Rayo y represento ese tremendo empuje de energía que desea que las cosas ¡SE HAGAN! Ese empuje de energía es incómodo para muchos
porque es una presión que provoca cambios. Tanto como yo puedo, cuando tengo una oportunidad de usar a gente del Primer Rayo, ciertamente
pido que se les otorgue un protección especial, ya que cualquiera que mueva a otro a un empeño mayor, mueve los resentimientos y las
rebeliones que son parte de la mente de la masa.
Por ejemplo, cojamos un ejemplo sencillo. Si estáis teniendo un agradable sueño profundo en una cama cómoda y calentita, y entonces
entra alguien en la habitación y os despierta, y os pone a llevar a cabo una tarea antes de que tengáis las facultades coordinadas, se produce
un rechazo de esa actividad. Pues bien, eso mismo es lo que ocurre cuando el Maestro, o un representante del Maestro en el mundo de la
forma, intenta azuzaros a un empeño mayor para que expandáis la Luz dentro de vuestros corazones. Esto resulta muchas veces en una
resistencia y rebelión, las cuales se añaden a la resistencia y rebelión de la raza entera. Acuérdense de que hay casi diez m il millones de
personas que pertenecen a la evolución del Planeta – y de que vivís en ese estrato. Realmente es una maravilla y un milagro en sí mismo que
podáis seguir adelante después de todo, y es muy fácil, en particular cuando estáis agotados físicamente, financieramente, mentalmente o
emocionalmente, dejarse caer en ese letargo, el cual es como arenas movedizas sobre la que crece la verde hierba. En Nuestro empeño con los
estudiantes a lo largo de las Edades, hemos visto cómo esa actividad del letargo succionaba a las corrientes de vida más sinceras y formales
mediante todo tipo de excusas – que si la edad, que si impedimentos físicos, que si gente que dependía de ellos, etcétera, etcétera. Aquellos
grandes votos hechos en un principio son olvidados antes de haberse llevado a cabo.
No es que Yo diga ni dé a entender que los lazos kármicos han de descartarse, puesto que sois seres de libre albedrío y habéis hecho
ciertas afiliaciones (lazos) en este mundo físico en el mundo de la familia, amistades y asociados en el mundo de los negocios, los cuales son
lazos que han de sublimarse y transmutarse. Así que nadie tenga la errónea impresión de que cortando los lazos con toda tasa de vibración
desagradable se logrará algo, pues os aseguro que sea la que sea la parte del velo en la que os encontréis, vais a tener que lidiar con las
mismas corrientes de vida hasta que haya armonía entre ustedes. No el propósito ni el empeño de los Maestros el cortar lazos, sino que es el
Camino del Medio el que los estudiantes deben seguir. Si tenéis lazos y obligaciones en la que habéis comprometido vuestra vida, también
tenéis lazos internos, no obstante caminad por el Camino del Medio –cumpliendo primero vuestro servicio a Dios, y luego cumpliendo con honor

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