Ya Darwin había propuesto una explicación elegante: que animales tan distintos compartan el mismo esquema por ser descendientes de un antepasado común provisto de extremidades con dedos. Tras más de 160 años esta idea se ha demostrado cierta, los biólogos evolutivos han encontrado un antepasado común a todos los tetrápodos (animales con cuatro extremidades), estos antepasados se encuentran entre los peces y los huesos de la mano humana se halla presente en la rana, las aves y las ballenas; también se han identificado los genes (algunos) que controlan la formación de la mano. Pero, aunque sabemos por sus respectivos fósiles, la existencia de estos ancestros no podemos separar el momento en el que, desde una extremidad (en este caso las aletas pectorales), surgen los primeros restos de huesos específicos de la mano.
La duda ha existido muchos años, sabemos que los tetrápodos salen del agua a la tierra con sus cuatro extremidades útiles y luego sabemos que aparecen los huesos que luego serán manos pero tenemos unos huecos entre estos dos hechos (peces-tetrapodos- manos). ¿Venían estos huesos con los tetrápodos? O ¿los heredaron de un antecesor previo? ¿Una especie de eslabón perdido de la mano, que sería pez precursor de tetrápodo con mano? Si la mano sale ya con el tetrápodo formado, ¿encontraremos un antecesor, ya tetrápodo, sin manos?
Hasta hace poco todo esto se sumia en la niebla evolutiva, faltaban evidencias.

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El artículo base de este podcast en Investigación y ciencia. Agosto de 2020.

La música es variada: Rachmaninov, piano concertos I-IV, Ravel... entre otros (u otra).
Música de sintonía: Clearer Views en Epidemic sound.

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