Se celebra este 24 de junio el día del campesinado y, por extensión, de los pueblos originarios. saludamos a los campesinos y pueblos originarios, reconociendo en ellos un pilar fundamental de la identidad nacional, de la producción y soberanía alimentaria, de la defensa ambiental y la democracia.
El campo, sobre todo allí donde se encuentran el pequeño y mediano productor agrícola, las comunidades campesinas y étnicas, es el olvidado de siempre. La falta de ayuda técnica, de créditos, de mercados seguros, de vías de comunicación, contribuyen seriamente a que se mantenga el atraso, la pobreza, en suma la exclusión.
Con las políticas neoliberales se ha abierto paso a un nuevo proceso de reconcentración de la propiedad de la tierra, con ello los privilegios para pocos, sumado a la sobreexplotación del trabajo salarial y la ausencia de derechos básicos para los trabajadores.
El Estado está ausente en grandes espacios del territorio nacional, por lo que los campesinos son víctimas permanentes de la injusticia, de la violencia, de la prepotencia de los poderosos y las autoridades. La inseguridad es un hecho cotidiano en el campo.

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