La acción del Espíritu Santo, transforma. Él transforma a los que son guiados por Él. Él transforma el mundo con aquellos que se dejan conducir por Él. La transformación no es a través del odio o la destrucción, sino a través del amor y con equilibrio.
Romanos 8:14: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios”. Versículo 15: "Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!" Versículo 16: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios" Versículo 17: "y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo

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