SAZONANTES DE ESTE MUNDO

¿A cuántos de nosotros nos gusta la comida desabrida, una comida preparada sin sal?. Le podría asegurar que a la mayoría de las personas no les gustaría comer una preparación así. La mayoría la rechazarían o se negarían a comer, a menos de que sea una persona hipertensa. La sal sazona los alimentos y potencializa el sabor en las preparaciones. Pero si la sal se desvanece, pierde la función de ser el sazonante de los alimentos y no sirve para nada. Jesús en su ministerio terrenal, comparó la vida del creyente con la función de la sal. Jesucristo dijo: “Ustedes son la sal de la tierra. ¿Pero para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada? La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor”. Mateo 5:13. De acuerdo con las palabras de Cristo, los cristianos tenemos una gran función en medio de esta sociedad, tenemos la función de ser la sal de la tierra. Nosotros somos llamados a llevar una vida en conformidad a las enseñanzas de Cristo, llevar una vida ejemplar de buen testimonio delante de los hombres. Debemos sazonar con nuestro comportamiento, acciones y palabras de la vida de los que nos rodean. Si nosotros dejamos de exhibir esta realidad espiritual, los hombres pisotearán nuestro testimonio con sus pies, y seremos como la sal que ha perdido su sabor.

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