NO DUDEMOS DE LA RESURRECCIÓN VENIDERA.

La duda es parte de nuestra naturaleza humana, por eso, siempre estamos dudando de una cosa o de otra. Las dudas son más comunes cuando las personas que están a nuestro alrededor, argumentan a favor o en contra de una situación en particular, cuando eso sucede no sabemos que postura tomar. Algunos seguidores de Jesucristo, ante los argumentos científicos en cuanto a la no resurrección de Cristo Jesús, “Dudan de su fe, dudan de la resurrección del Hijo de Dios” y por ende “Dudan de su propia resurrección futura”. En cuanto al dilema que pueden tener algunos cristianos, el apóstol Pablo declara: “Pero lo cierto es que Cristo sí resucitó de los muertos. Él es el primer fruto de una gran cosecha, el primero de todos los que murieron.” 1 Corintios 15:20. NTV.

Las declaraciones de los científicos, podrán generar dudas en el corazón de los cristianos que no están afianzados en la palabra de Dios, el apóstol Pablo a través de su declaración, hace un llamado a este grupo de cristianos para que no duden de la resurrección de Cristo, ni tampoco duden de la resurrección futura de todos los cristianos. La resurrección de Cristo tuvo lugar hace más de veinte siglos; para los que han creído en Él, la resurrección tendrá lugar cuando Él regrese a llevar a su iglesia al lugar de morada del eterno Padre celestial.

Jesucristo fue el primer fruto de la resurrección de la iglesia. Él salió de una tumba que estaba en las afueras de Jerusalén en la mañana de la primera Pascua hace casi dos mil años; el resto de fruto de la resurrección, saldrá de todas las tumbas del mundo cuando nuestro Señor resucitado aparezca en las nubes de gloria y los suyos resuciten de la tumba y sean llevados al cielo a reunirse con Él. Si en algún momento, hemos dudado de la resurrección de Cristo y los suyos, hagamos a un lado las dudas, las incredulidades y el trágico fin de los sueños infundados. “Cristo ha resucitado de los muertos”. La resurrección es un hecho que no debemos negar; es una realidad sobre la que descansa nuestra esperanza verdadera y segura. Cristo mismo es “primicia de los que murieron”.

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