CUIDE SU MENTE

Cuando recibimos un regalo de alguien muy especial para nosotros, lo cuidamos y lo guardamos bien. Por todos los medios, tratamos de que en ese regalo especial no se acumule polvo o algún otro agente atmosférico que pueda ensuciarlo. De la misma forma que cuidamos de un regalo especial, hay una parte de nuestro organismo creado por el Señor al cual debemos cuidar más que a cualquier regalo material que nos puedan dar. “Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque éste determina el rumbo de tu vida.” Proverbios 4:23 NTV. Cuando el sabio escritor habla del cuidado del corazón, no habla del órgano que bombea la sangre, más bien, habla del cuidado de la mente, ya que para el pueblo hebreo y los pueblos mesopotámicos, la mente era el corazón del ser humano, el centro del pensamiento y de la razón que enrumbaban la vida del hombre. Salomón bajo la iluminación de Dios, nos alienta a cuidar nuestra mente, pues la mente es la fuente de donde brotan todos nuestros pensamientos, ya sean pensamientos buenos o malos. Si cuidamos nuestra mente, los pensamientos que broten de ella, serán pensamientos buenos, pensamientos de hacer solo lo que agrada a Dios. Pero si no cuidamos nuestra mente, esta se llenará de pensamientos malos y perversos, pensamientos de tramar maldades contra nuestro prójimo y contra Dios. La mejor forma que podemos cuidar nuestra mente es nutriéndonos todos los días con la Palabra de Dios y meditando constantemente en ella. Si nuestra mente está saturada con la Palabra de Dios, nuestros pensamientos nos enrumbarán a la obediencia y a la fidelidad a nuestro Señor.

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