BENDICIONES ANTE EL ODIO Y DESPRECIO.

Ser odiado e insultado por el prójimo, es algo que a nadie le fascinaría vivir, por eso, por todos los medios, las personas tratan de ser agradables a la vista de los demás y así evitar cualquier ofensa en su contra. Con el afán de ser agradable para otros, algunos seguidores de Cristo, ocultan su fe en el Hijo de Dios, ignorando que el odio de las personas inconversas al cristianismo, traerá grandes bendiciones futuras de parte de Dios a la vida del creyente, tal como lo afirma el apóstol Lucas: “Dios los bendecirá a ustedes cuando la gente los odie o los insulte, o cuando sean rechazados y nadie quiera convivir con ustedes. La gente los tratará así sólo porque me obedecen a mí, el Hijo del hombre.” Lucas 6:22 TLA.

Desde la época del Antiguo Testamento, convivir con los paganos, no ha sido nada fácil para los hijos de Dios, ya que las personas que no reconocen a Dios, siempre han buscado desacreditar o destruir al pueblo escogido. Los profetas fueron encarcelados, golpeados y asesinados injustamente, al igual, el Hijo de Dios, sufrió en carne propia este odio por parte de los inconversos, pues Jesús durante su ministerio terrenal, fue insultado, golpeado, acusado falsamente, e incluso asesinado. Esta clase de odio, también padecieron los discípulos de Cristo. El odio de los paganos hacia los hijos de Dios, ha sido una constante en la historia de este mundo.

En la actualidad, en algunos países del mundo, el odio contra los seguidores de Cristo persiste. En esos países tienen leyes estrictas en contra de la libertad de culto, y muchos cristianos tienen que reunirse ocultamente para rendir adoración a Dios. Ante la realidad que atraviesan muchos de sus seguidores, Cristo Jesús les alienta para que persistan en su fe, a pesar del odio y el rechazo que sufren en mano de los inconversos, les alienta para que en esos días de persecución se regocijen y salten de gozo porque la recompensa que les espera será grande en el reino de los cielos.

En esta vida por seguir a Jesucristo, talvez seremos odiados y rechazados por los inconversos, pero eso no nos debe detener para seguir adelante proclamando nuestra fe en el Hijo de Dios. Por eso, si en algún momento sufrimos este rechazo, no debemos preocuparnos, ni tampoco angustiarnos por lo que nos puedan hacer, más bien debemos regocijarnos por poder participar de este padecimiento por la causa de Cristo. Además, debemos regocijarnos porque las bendiciones de Dios serán grandes para nosotros en el reino celestial.

Ver todos los episodios