Escuchar "ACCIONES QUE TRAEN CONDENACIÓN"
Síntesis del Episodio
ACCIONES QUE TRAEN CONDENACIÓN
Es difícil no enojarnos con las personas que están a nuestro alrededor, debido a que todavía no tenemos dominio propio de nuestros pensamientos, palabras y acciones. Posiblemente en muchas ocasiones nuestro enojo contra nuestro prójimo será justificado, pero eso no implica que no debamos calmarnos y enseguida pedir perdón si hemos ofendido con nuestra actitud, palabras o acciones. Ya que si persistimos en el enojo con nuestro prójimo, podremos acarrear una consecuencia severa. Esta advertencia la hizo Cristo Jesús a sus discípulos en una de sus enseñanzas, y la misma advertencia la hace a todos sus seguidores en la actualidad: “Pero ahora yo les aseguro que cualquiera que se enoje con otro tendrá que ir a juicio. Cualquiera que insulte a otro será llevado a los tribunales. Y el que maldiga a otro será echado en el fuego del infierno.” Mateo 5:22. TLA.
Algunos podemos pensar que nuestra actitud negativa contra nuestro prójimo no tendrá repercusiones en nuestra vida, pero Jesucristo nos da a conocer que esta forma de pensar es contraria a la voluntad de Dios. Por eso nos advierte que si ofendemos de alguna manera a nuestro prójimo, tendremos consecuencias severas en nuestra vida. Enojarnos, insultar o maldecir traerá resultados graves, no solo para nuestra vida en este mundo, sino también para nuestra vida después de la muerte. Por eso si ofendemos de alguna manera a nuestro prójimo seremos culpables de juicio. No debemos excusarnos de que nuestro enojo fue justificado para no pedir perdón, ni tampoco que nuestras palabras ofensivas, o maldicientes fueron debido al calor de la discusión. Sea que nuestro enojo haya sido justificado, o que nuestras palabras ofensivas o maldicientes hayan sido a causa de nuestro enojo, no justifica nuestra actitud, igual somos culpables, y el juicio de Dios caerá severamente sobre nosotros, si no pedimos perdón con toda sinceridad por nuestra mala actitud.
Para pedir perdón, no debemos dejar que pase el tiempo, pues somos pasajeros en este mundo y no sabemos cuánto tiempo todavía estemos con vida. Si llegáramos a morir sin pedir perdón por nuestras ofensas, seguramente seremos juzgados cuando lleguemos a la presencia del Señor. Para no pasar por este juicio, es mejor que si hemos ofendido a nuestro prójimo con nuestra actitud, lo busquemos lo más pronto posible para tratar de resolver nuestra ofensa. Pedir perdón por nuestras ofensas, no es sinónimo de debilidad, sino de humildad, una actitud que demanda Cristo Jesús de todos sus siervos. Con una actitud humilde y sincera, pidamos perdón a todas las personas que hayamos ofendido con nuestros pensamientos, palabras y acciones antes de que sea demasiado tarde.
Es difícil no enojarnos con las personas que están a nuestro alrededor, debido a que todavía no tenemos dominio propio de nuestros pensamientos, palabras y acciones. Posiblemente en muchas ocasiones nuestro enojo contra nuestro prójimo será justificado, pero eso no implica que no debamos calmarnos y enseguida pedir perdón si hemos ofendido con nuestra actitud, palabras o acciones. Ya que si persistimos en el enojo con nuestro prójimo, podremos acarrear una consecuencia severa. Esta advertencia la hizo Cristo Jesús a sus discípulos en una de sus enseñanzas, y la misma advertencia la hace a todos sus seguidores en la actualidad: “Pero ahora yo les aseguro que cualquiera que se enoje con otro tendrá que ir a juicio. Cualquiera que insulte a otro será llevado a los tribunales. Y el que maldiga a otro será echado en el fuego del infierno.” Mateo 5:22. TLA.
Algunos podemos pensar que nuestra actitud negativa contra nuestro prójimo no tendrá repercusiones en nuestra vida, pero Jesucristo nos da a conocer que esta forma de pensar es contraria a la voluntad de Dios. Por eso nos advierte que si ofendemos de alguna manera a nuestro prójimo, tendremos consecuencias severas en nuestra vida. Enojarnos, insultar o maldecir traerá resultados graves, no solo para nuestra vida en este mundo, sino también para nuestra vida después de la muerte. Por eso si ofendemos de alguna manera a nuestro prójimo seremos culpables de juicio. No debemos excusarnos de que nuestro enojo fue justificado para no pedir perdón, ni tampoco que nuestras palabras ofensivas, o maldicientes fueron debido al calor de la discusión. Sea que nuestro enojo haya sido justificado, o que nuestras palabras ofensivas o maldicientes hayan sido a causa de nuestro enojo, no justifica nuestra actitud, igual somos culpables, y el juicio de Dios caerá severamente sobre nosotros, si no pedimos perdón con toda sinceridad por nuestra mala actitud.
Para pedir perdón, no debemos dejar que pase el tiempo, pues somos pasajeros en este mundo y no sabemos cuánto tiempo todavía estemos con vida. Si llegáramos a morir sin pedir perdón por nuestras ofensas, seguramente seremos juzgados cuando lleguemos a la presencia del Señor. Para no pasar por este juicio, es mejor que si hemos ofendido a nuestro prójimo con nuestra actitud, lo busquemos lo más pronto posible para tratar de resolver nuestra ofensa. Pedir perdón por nuestras ofensas, no es sinónimo de debilidad, sino de humildad, una actitud que demanda Cristo Jesús de todos sus siervos. Con una actitud humilde y sincera, pidamos perdón a todas las personas que hayamos ofendido con nuestros pensamientos, palabras y acciones antes de que sea demasiado tarde.
Más episodios del podcast Paso a Paso a la Eternidad.
ASOCIÉMONOS CON LOS HUMILDES
29/07/2025
AUTOSUFICIENCIA HUMANA
13/05/2025
ANTES DE TOCAR FONDO
21/04/2025
DIOS NOS DIÓ DONES
15/04/2025
NADA A MEDIAS
10/04/2025
DEPRESIÓN NERVIOSA
24/03/2025
CONVERSACIONES EDIFICANTES
10/03/2025
SEAMOS AGRADECIDOS CON DIOS
29/01/2025
UNA FE INQUEBRANTABLE
13/01/2025
LEALTAD A DIOS
07/01/2025
ZARZA Somos ZARZA, la firma de prestigio que esta detras de los grandes proyectos en tecnología de la información.