El Amor incondicional. la Unidad que nos sostiene y conforma, se despliega en la dualidad del mundo a través de dos facetas inseparables.
Amor y Libertad se sustentan mutuamente. El Amor que no libera, que limita, somete y posee, es sólo un sucedáneo. La Libertad sin Amor no posee nutrientes, es un alimento vacío, insulso, una forma de vivir que nunca alcanzará sentido y propósito.
La verdadera libertad precisa primero de amor propio y conocimiento de uno mismo: saber primero de qué has de liberarte, segundo para qué has de hacerlo y por último, conocer lo que es la libertad, lo que es una vida plena donde el Amor es tu pauta de acción y la libertad el centro desde el que te relacionas.
Así es como podremos volar sin miedo y vivir en la tierra surcando el Cielo.

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