POR DIOS amamos y obramos

24/10/2023 9 min

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Síntesis del Episodio

Para entender Sufismo deberíamos, de acuerdo a nuestra creencia, explicar el comienzo de la Creación. HU es el nombre de la Esencia de Allah, y no hay realmente una traducción para entenderlo. Quizás podríamos pensar en Él, pero es mucho más que eso. Para entender cuál es la obligación del ser humano en la tierra, debemos remontarnos a como fue el comienzo de la Creación.

Recuerden que en la tradición islámica todo está basado en el Sagrado Corán y en las Tradiciones del Profeta Muhammad (saws), sin desviarnos ni un punto de ambos. El Universo comienza con la orden de Allah, en árabe, quien dijo: “¡Kun!” (Sé) y la Creación fue creada. Esta palabra está compuesta por dos letras: ka y nun. La primera viene de kemal, que es perfección, y la segunda, nun, es el comienzo de la palabra Nur o Luz Divina. Esa Luz es lo primero que aparece, la Luz Primordial de la cual todo emana.

Llamamos a esa luz “La Luz de los Profetas”. Todo lo que ha sido creado procede de esa Luz, el resto de la Creación. Las almas estaban muy cerca de Él al momento de ser creadas totalmente absorbidas por Su imagen, bañadas por esa luz Divina que nació con la palabra ¡KUN!

En un momento, Allah le pregunta a las almas:

“¿No soy Yo vuestro Señor?” y de esas palabras, de esa voz que no tiene ni tiempo ni lugar surge el comienzo de los sonidos, la esencia de todos los sonidos que existen. Toda la música sagrada proviene del sonido de la voz de Allah al comunicarse con las almas. Toda la música que eleva al alma y al corazón proviene de esa semilla.

Las almas permanecen por milenios en la presencia de Allah y en cierto momento Allah les ordena que comiencen a descender hacia Su Creación material, a esta existencia, a esta creación. Y las almas comenzaron a descender y se mezclaron con los cuatro elementos básicos, y en ese descenso pasaron por el agua y se humedecieron, luego pasaron por la tierra y se enlodaron, luego pasaron por el aire y el lodo se convirtió en arcilla y finalmente pasaron por el fuego, donde se convirtieron en una vasija de arcilla modelada por el fuego. El alma quedó entonces encerrada en esa vasija, que no es otra cosa que nuestro cuerpo, y esa es nuestra existencia.

El ser humano tiene entonces el espíritu hecho de la esencia de Allah, y el resto del cuerpo de estos cuatro elementos de los cuales este Universo ha sido creado. Nuestra prueba es ir a través de esta vida buscando el regreso a ese momento tan hermoso en el que las almas estaban frente a Él. Este cuerpo es el burro que nosotros debemos montar durante la trayectoria en esta vida.

En nuestra Tradición el Sufí trabaja y es mejor esposo, mejor esposa, mejor madre, mejor hermano, mejor hermana, mejor hijo e hija que el resto, simplemente porque trabaja en eso. Trabaja por Amor a Allah.

La verdadera sabiduría es aquella que aplicamos y sobre la cual actuamos. Adquirir conocimiento y no usarlo es ser equivalente a un burro, a quien todos los días le vamos agregando una rama y eventualmente, la suma de todas esas ramas terminarán por quebrarle la espalda. No sirve. Ese es el método, el cual seguimos. Aprendemos y vivimos en este mundo, tratando de tener nuestro corazón con Allah en todo momento pero trabajando aquí para Su Creación.

El progreso espiritual no implica también saber muchísimo sin saber usarlo. El progreso espiritual se mide en la adquisición de la maestría, en cada una de las cosas que aprendemos. Ese fue el ejemplo que dimos, de aquel que realmente se convirtió en la letra Alif.

Al servir a la Comunidad de Allah, debemos saber qué es lo que nuestro vecino necesita. No es suficiente para nosotros tener para comer, para beber, para vestirnos y no ser generosos con aquellos que viven a nuestro lado. Amor es la base de todo lo que existe. Sin amor, un ser humano es un cuerpo que ya está muerto. Quien no tiene amor, está muerto en vida, está seco. Es un árbol sin hojas.


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