La esperanza se pierde cuando se aprende a vivir sin ella.
La capacidad para reaccionar favorablemente o no a una situación adversa puede ser aprendida de nuestros padres o familiares. Quizás la desesperanza provenga de alguna situación con la que estas luchando por cambiar y no ves resultados, esfuerzos en vano y llenos de frustración, pero recuerda que incluso Israel en Egipto cada vez que recobraban la esperanza tenían nuevas pruebas y eran oprimidos, pero, Dios nunca los dejó, al contrario, les instó a ser valientes y esforzados. Las circunstancias no cambiaron, ellos si.
La esperanza no es sólo lo último que se pierde sino que es el principio de todo.

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