La sorpresa de la tarde de ayer es la investigación del secuestro de un ex militar venezolano, que escapó de su país hace algunos años y obtuvo hace algunos meses la calidad de refugiado político en nuestro país. Este último dato supone que aportó antecedentes relevantes de persecución en su país y los primeros testimonios conocidos, dan cuenta de su preocupación. Acompañado de su pareja, de una hija de 4 años y de una hermana, cambiaba constantemente de teléfonos y domicilios. Y además, los mismos testimonios indican que los secuestradores, disfrazados de agentes de la PDI, tenían acento venezolano. La hipótesis de una operación de inteligencia de otro país en territorio nacional es la más grave de las que rondan, misma de la que se hizo cargo ayer el gobierno, llamando a la responsabilidad y haciéndose cargo, dijo el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, de todas las hipótesis posibles.

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