Escuchar "351. Quincy "Quincy" (CBS, 1980) //01/03/2024"
Síntesis del Episodio
Hola a todos:
La "new wave" es una época inolvidable para descubrir grupos fantásticos de canciones preciosas que actualizaban la manera de hacer de los grandes grupos de los años 60, las canciones de tres minutos, aprovechando la tecnología de ese momento, mucho más avanzada.
En ese momento apareció Quincy, grupo que dificilmente encontrarás en enciclopedias o guías musicales, ni siquiera en Internet, desaparecieron y solo los más fanáticos sabían de su disco de 1980 con la CBS...que nunca se reeditó...
Ahora, desde hace 8 meses, están en Spotify...
https://open.spotify.com/intl-es/album/4iCSjtPxr91oF3cHXI7lXy
Como pasó con muchos otros grupos de esa época, la suerte nunca les sonrió y se separaron muy pronto, pero lo cierto es que ese único álbum que este cuarteto de Nueva Jersey dejó para la posteridad es una auténtica maravilla.
Un disco a la altura de los grandes clásicos de la época (los primeros de los Beat de Paul Collins, los Knack, los Plimsouls o los Romantics) y de otros que en su día pasaron también relativamente desapercibidos pero que hoy son considerados auténticas joyas, como el disco de los Keys o el debut de Dirty Looks.
Los orígenes de Quincy se remontan a mediados de los años setenta en Nueva Jersey, cuando los hermanos Stephen y Brian Butler se juntan con otro par de hermanos (Alex y Gerald Takach) y empiezan a tocar juntos emulando a los Eagles, America, Stealy Dan, Chicago y otras bandas de soft rock o de pop de la Costa Oeste. Su gran arma, naturalmente, eran las espléndidas armonías vocales que eran capaces de hacer entre los cuatro miembros del grupo, todos talentosos vocalistas.
Cuando ya llevaban tres años tocando ocasionalmente pero sin que les pasara nada particularmente relevante, el brío y la energía que traen los nuevos tiempos de la mano del punk y la nueva ola hacen que la banda se reactive y se reconvierta, alistándose al pelotón de nuevas bandas que surgen como setas en cada rincón de los Estados Unidos (y del resto del planeta). Una de las claves del cambio es el fichaje de Wally Smith (alias Metro), que, con sus coloristas y dinámicos arreglos de teclado, aporta una parte sustancial del característico sonido del grupo.
Eran buenos tiempos para una banda con buena imagen, sonido fresco y contemporáneo y un puñado de fabulosas canciones.
La poderosa CBS no era precisamente ajena al asunto y entre 1979 y 1980 ponen en circulación unas cuantas joyas, como los debuts de The Beat, Dirty Looks o… ¡Quincy!
Producido por el que luego fuera miembro de Talk Talk, Tim Friese-Greene, el álbum es una auténtica maravilla: doce fantásticas canciones de pop enérgico y musculoso en las que brillan sobre todo las armonías vocales.
El disco no fue precisamente un éxito, pero sí logró llamar la atención del afamado productor Quincy Jones (en 1982 se encargaría, por ejemplo, del “Thriller” de Michael Jackson), a quien no se le ocurrió mejor idea que amenazar al quinteto con una demanda y obligarles a cambiar de nombre.
El primer y único álbum de Quincy queda como uno de los mejores ejemplos del power-pop típicamente nuevaolero de la época.
Recientemente han aparecido unas maquetas que prepararon para grabar un segundo LP que nunca llegó. Las podéis escuchar aquí:
https://quincydemos.bandcamp.com/
(Texto: Pablo Carrero, guía esencial del punk y la nueva ola)
¡No os lo perdáis!
La "new wave" es una época inolvidable para descubrir grupos fantásticos de canciones preciosas que actualizaban la manera de hacer de los grandes grupos de los años 60, las canciones de tres minutos, aprovechando la tecnología de ese momento, mucho más avanzada.
En ese momento apareció Quincy, grupo que dificilmente encontrarás en enciclopedias o guías musicales, ni siquiera en Internet, desaparecieron y solo los más fanáticos sabían de su disco de 1980 con la CBS...que nunca se reeditó...
Ahora, desde hace 8 meses, están en Spotify...
https://open.spotify.com/intl-es/album/4iCSjtPxr91oF3cHXI7lXy
Como pasó con muchos otros grupos de esa época, la suerte nunca les sonrió y se separaron muy pronto, pero lo cierto es que ese único álbum que este cuarteto de Nueva Jersey dejó para la posteridad es una auténtica maravilla.
Un disco a la altura de los grandes clásicos de la época (los primeros de los Beat de Paul Collins, los Knack, los Plimsouls o los Romantics) y de otros que en su día pasaron también relativamente desapercibidos pero que hoy son considerados auténticas joyas, como el disco de los Keys o el debut de Dirty Looks.
Los orígenes de Quincy se remontan a mediados de los años setenta en Nueva Jersey, cuando los hermanos Stephen y Brian Butler se juntan con otro par de hermanos (Alex y Gerald Takach) y empiezan a tocar juntos emulando a los Eagles, America, Stealy Dan, Chicago y otras bandas de soft rock o de pop de la Costa Oeste. Su gran arma, naturalmente, eran las espléndidas armonías vocales que eran capaces de hacer entre los cuatro miembros del grupo, todos talentosos vocalistas.
Cuando ya llevaban tres años tocando ocasionalmente pero sin que les pasara nada particularmente relevante, el brío y la energía que traen los nuevos tiempos de la mano del punk y la nueva ola hacen que la banda se reactive y se reconvierta, alistándose al pelotón de nuevas bandas que surgen como setas en cada rincón de los Estados Unidos (y del resto del planeta). Una de las claves del cambio es el fichaje de Wally Smith (alias Metro), que, con sus coloristas y dinámicos arreglos de teclado, aporta una parte sustancial del característico sonido del grupo.
Eran buenos tiempos para una banda con buena imagen, sonido fresco y contemporáneo y un puñado de fabulosas canciones.
La poderosa CBS no era precisamente ajena al asunto y entre 1979 y 1980 ponen en circulación unas cuantas joyas, como los debuts de The Beat, Dirty Looks o… ¡Quincy!
Producido por el que luego fuera miembro de Talk Talk, Tim Friese-Greene, el álbum es una auténtica maravilla: doce fantásticas canciones de pop enérgico y musculoso en las que brillan sobre todo las armonías vocales.
El disco no fue precisamente un éxito, pero sí logró llamar la atención del afamado productor Quincy Jones (en 1982 se encargaría, por ejemplo, del “Thriller” de Michael Jackson), a quien no se le ocurrió mejor idea que amenazar al quinteto con una demanda y obligarles a cambiar de nombre.
El primer y único álbum de Quincy queda como uno de los mejores ejemplos del power-pop típicamente nuevaolero de la época.
Recientemente han aparecido unas maquetas que prepararon para grabar un segundo LP que nunca llegó. Las podéis escuchar aquí:
https://quincydemos.bandcamp.com/
(Texto: Pablo Carrero, guía esencial del punk y la nueva ola)
¡No os lo perdáis!
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