Juana fue la legítima hereda a los tronos de Castilla y Aragón pero nunca ejerció el poder, pues era víctima de las conspiraciones de su esposo, Felipe I de Castilla “Felipe el Hermoso”, su padre Fernando de Aragón y su hijo Carlos I de España y V de Alemania. Desde joven, mostró signos de indiferencia religiosa que su madre, Isabel I de Castilla, trató de mantener en secreto. Fue apodada «la Loca» por una supuesta enfermedad mental alegada por su padre y por su hijo para apartarla del trono y mantenerla encerrada en Tordesillas de por vida. Sin embargo, dicha enfermedad podría haber sido causada por los celos hacia su marido y por el dolor que sintió tras su muerte. Sígueme en mis redes sociales @monarquias_y_sus_secretos

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