Al hilo del e-mail del lunes pasado, en el que te hablaba sobre mí y te comentaba algunas curiosidades útiles e inútiles sobre mi vida, obra y milagros, me escribió un suscriptor y cliente lo siguiente:


Seré paciente y pincharé (el botón que contenía la información).

No tengo especial apego a la palabra paciente, pero es una pena que despierte rechazo.

Como todas las palabras, tiene más de una lectura. Si te sirve para deshacer prejuicios, ahí va.

Paciente es quien espera en paz, paciendo, como las vacas, su dosis de lo que sea (normalmente enfermedad o malestar). Y es que la paz (sinónimo de calma) se genera con paciencia, haciéndonos pacientes. Y al igual que las vacas, no veo ningún problema en convertirlo en verbo. ¿Qué hacen las vacas?: pacer, fabricar paz con paciencia. ¿Qué hacemos siendo pacientes? fabricar paz.

Supongo que esta reflexión, a la que suelo acudir con frecuencia, me la inspiró un pasaje de un muy bonito libro de cocina, con el que en su día hice un panfleto. Voy a ver si lo tengo a mano para adjuntarte.

Paz y hierbas :-)


Mi respuesta:

(tendrás que escucharla...)

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