Escuchar "A Un Año de Gobierno de Miguel Ángel Mancera, con Nino Canún. "09-Dic-13""
Síntesis del Episodio
El proceso para elegir al candidato del PRD para sustituir a Marcelo Ebrard en la jefatura de Gobierno fue, visto a la distancia, aterciopelado. El método de la encuesta es ideal para que decisiones tomadas con anticipación se justifiquen a plenitud. Los berrinches de la guapa Alejandra Barrales le dieron algo de dramatismo, pero todo mundo sabía que tarde o temprano tendría que aceptar la decisión tomada por López Obrador. No, no es un error. La verdad es que una negociación en lo oscurito entre el tabasqueño y Ebrard arrojó el siguiente resultado: Andrés Manuel sería el candidato presidencial y Ebrard manejaría, casi solo, su sucesión. Así lo hizo. Su primer candidato era el actual senador Mario Delgado, quien fue placeado a más no poder pero no dio el estirón y no garantizaba el triunfo. Barrales hubiera ganado, es lo más probable, pero la verdad es que estaba demasiado cerca de López Obrador que fue su padrino político, de manera que la candidatura de Mancera se decantó de forma natural.
Tenía buena imagen, la debía sus cargos públicos a Ebrard y podía enarbolar la bandera de candidato ciudadano, pues no era integrante de ninguna tribu. El abogado Mancera ganó la nominación y la campaña de la izquierda en el Distrito Federal, fue como un paseo dominical en trajinera. Las señoras que compitieron con él decepcionaron a todos, comenzando por Beatriz Paredes que hizo campaña pensando en ganar, pero la embajada en Brasil. Mancera ganó la elección de manera abrumadora, como el candidato con mayor número de votos en la historia de la ciudad. Todo cambió de manera abrupta, casi salvaje, el 1 de diciembre del 2012, día de la toma de posesión de Peña Nieto pero también día de los ataques de los anarquistas. Aunque todavía le faltaban algunos días para asumir el cargo, a Mancera se le apareció un fantasma que no ha podido exorcizar: la vulnerabilidad de la ciudad ante grupos violentos y la falta de eficacia de la policía capitalina, que gozaba de buena reputación.
Estos dos factores siguen siendo focos rojos. Los anarquistas, lo sabemos, volvieron a atacar, los maestros insurrectos hicieron de la suyas y la policía capitalina mostró que no era la excepción de la regla, sino que también sigue padeciendo problemas muy graves de corrupción, como quedó demostrado con el caso Heaven, que dejó en claro que el narco menudeo no puede prosperar como lo ha hecho sin cobertura policiaca. El gobierno de Mancera ha aprendido de sus errores y superado insuficiencias. El manejo de los grupos violentos es cada vez más eficaz y varios policías capitalinos vinculados al caso Heaven fueron detenidos y presentados ante un juez, lo cual es un mérito que no se debe regatear.
El 2014 pinta mejor, ya veremos si cumple las expectativas favorables. Por lo pronto, presentó su primer informe de labores con un estilo personal y haciendo énfasis en que no trabaja para su imagen pública. La credibilidad de Mancera sigue siendo una de sus fortalezas. Los grandes retos de una de las capitales más grandes del mundo siguen vigentes, recordemos quienes los han enfrentado.
CAMACHO
Para entender el estado actual del quehacer político procede remontarnos hacia finales de la década de los años 80, cuando Manuel Camacho era el Jefe del Departamento del Distrito Federal durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. La gestión de Camacho fue piedra de toque de todo lo que vendría posteriormente, incluido el ascenso del PRI después de su derrota en las elecciones de 1988 y su caída irreversible de los siguientes años. Camacho conoció entonces los resortes políticos de la ciudad, trató a sus líderes emergentes que después serían los mandos perredistas en delegaciones y el gobierno central.
ESPINOSA
Óscar Espinosa Villarreal fue el último mando capitalino propuesto por el Presidente de la República. Su gestión duró tres años en los que emprendió una cruzada modernizadora en la ciudad. Fue el promotor real de la democratización del Distrito Federal. Su carisma y aceptación política lo hicieron prematuramente precandidato para la Presidencia de la República, lo que le costó su libertad y vivir una de las etapas más complejas de su vida. Los analistas sostienen que su jefe, el presidente Ernesto Zedillo, lo dejó solo y no tuvo el menor empacho en sacrificarlo. Espinosa se convirtió en perseguido político del sexenio Zedillista y de las huestes de la izquierda que llegaron al poder capitalino.
CÁRDENAS
Administrador público mediocre, Cuauhtémoc Cárdenas ha transitado por importantes posiciones políticas gracias a su historia familiar y ahora en su calidad de líder moral de la izquierda. En esas estaba en 1997, cuando llegó al Palacio del Ayuntamiento, y en esas anda ahora, en el 2013, luchando en contra de la reforma energética. La gente olvida que Cárdenas hizo una serie de promesas que nunca se preocupó en cumplir, como la lucha en contra de la corrupción policiaca que según él se resolvería como por arte de magia. En su gestión la corrupción en el DF, alcanzó el nivel más alto de que se tenga memoria y que ahora es sello distintivo de algunos miembros del PRD.
ROBLES
Después de una carrera vertiginosa como dirigente sindical, Rosario Robles irrumpió con fuerza en el círculo íntimo del ingeniero Cárdenas que la nombró secretaria general de Gobierno del DF y después, cuando Cárdenas se lanzó a otra de sus aventuras presidenciales, la dejó como Jefe de Gobierno. Es hasta hoy la única mujer que ha tenido el mando político en el Altiplano literalmente en cientos de años. Rosario chocó de frente con grupos perredistas que ya para entonces estaban enquistados en la ciudad y se convirtió en blanco preferido de toda clase de epítetos y calumnias. Salió por la puerta de atrás, pero regresó por la puerta grande.
LÓPEZ
Cuando compitió por la jefatura de Gobierno de la ciudad, Andrés Manuel López Obrador tenía credencial de elector de Tabasco. Se dejó pasar esta anomalía, participó y ganó. Durante su gestión en aras del populismo se violaron reglamentos y se incrementó la corrupción. Vaya que le sacó provecho al puesto. Astuto y audaz no tuvo problemas para comerse en dos bocados a la pareja presidencial Fox-Sahagún para convertirse en la figura central del quehacer político en el país, en los primeros años del nuevo milenio. Tenía el camino libre a Los Pinos, pero incurrió en el pecado de la soberbia, comenzó a conducirse como presidente antes de tener la constancia de ganador en la mano. Lo demás es historia.
ENCINAS
Muchos observadores se preguntan por qué Alejandro Encinas no ha dado el estirón definitivo. Fue un fiel sucesor de su jefe López Obrador en el gobierno del DF. Sus cualidades políticas saltan a la vista, pero nunca se decidió, y ahora tal vez sea demasiado tarde, a pelear por ser el número uno, que es algo instintivo en casi todos los políticos, pero no en él, que se ubicó en una zona de confort. Todavía ahora sigue a la sombra de López Obrador con un pie en el PRD y otro en Morena. Mucho mejor formado que el tabasqueño, pudo pero no quiso ser el hombre fuerte de la izquierda, lo cual es una lástima.
EBRARD
Conforme fue cumpliendo años, Marcelo Ebrard se fue volviendo auto complaciente. Comenzó a tener una idea de sí mismo muy por encima de la percepción de los demás. Era un riesgo muy difícil de evitar. Llegó joven, saliendo de la adolescencia, a posiciones de responsabilidad mayúscula, desde tiempos de Miguel de la Madrid y Salinas de Gortari y se acostumbró a que todos alabaran su inteligencia y preparación. Perdió el piso, fue muy permisivo. Si un partido diferente al PRD hubiera ganando la elección del 2012 en la ciudad, Ebrard estaría en las mismas, o peor, que Granier, si alguien revisara sus cuentas.
MANCERA
El lance que demuestra la inteligencia de Miguel Ángel Mancera es que a la hora buena, cuando se decidió la candidatura del PRD para la Jefatura de Gobierno, se ubicó en el mejor lugar posible, con una sana distancia de las tribus perredistas enfrascadas en sus negocios turbios y entregando buenas cuentas como procurador, con el respeto de la academia de donde emergió. Durante la campaña aprovechó bien la estructura de control del perredismo, pero sin comprometerse a entregar posiciones al mayoreo. El problema ahora es que muchos perredistas están resentidos y se han convertido en el mayor peligro para su administración. La confianza ciudadana se mantiene y se espera un trabajo eficiente y pulcro a favor de los ciudadanos.
FUENTE:
http://www.cronica.com.mx/notas/2013/801884.html
Tenía buena imagen, la debía sus cargos públicos a Ebrard y podía enarbolar la bandera de candidato ciudadano, pues no era integrante de ninguna tribu. El abogado Mancera ganó la nominación y la campaña de la izquierda en el Distrito Federal, fue como un paseo dominical en trajinera. Las señoras que compitieron con él decepcionaron a todos, comenzando por Beatriz Paredes que hizo campaña pensando en ganar, pero la embajada en Brasil. Mancera ganó la elección de manera abrumadora, como el candidato con mayor número de votos en la historia de la ciudad. Todo cambió de manera abrupta, casi salvaje, el 1 de diciembre del 2012, día de la toma de posesión de Peña Nieto pero también día de los ataques de los anarquistas. Aunque todavía le faltaban algunos días para asumir el cargo, a Mancera se le apareció un fantasma que no ha podido exorcizar: la vulnerabilidad de la ciudad ante grupos violentos y la falta de eficacia de la policía capitalina, que gozaba de buena reputación.
Estos dos factores siguen siendo focos rojos. Los anarquistas, lo sabemos, volvieron a atacar, los maestros insurrectos hicieron de la suyas y la policía capitalina mostró que no era la excepción de la regla, sino que también sigue padeciendo problemas muy graves de corrupción, como quedó demostrado con el caso Heaven, que dejó en claro que el narco menudeo no puede prosperar como lo ha hecho sin cobertura policiaca. El gobierno de Mancera ha aprendido de sus errores y superado insuficiencias. El manejo de los grupos violentos es cada vez más eficaz y varios policías capitalinos vinculados al caso Heaven fueron detenidos y presentados ante un juez, lo cual es un mérito que no se debe regatear.
El 2014 pinta mejor, ya veremos si cumple las expectativas favorables. Por lo pronto, presentó su primer informe de labores con un estilo personal y haciendo énfasis en que no trabaja para su imagen pública. La credibilidad de Mancera sigue siendo una de sus fortalezas. Los grandes retos de una de las capitales más grandes del mundo siguen vigentes, recordemos quienes los han enfrentado.
CAMACHO
Para entender el estado actual del quehacer político procede remontarnos hacia finales de la década de los años 80, cuando Manuel Camacho era el Jefe del Departamento del Distrito Federal durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. La gestión de Camacho fue piedra de toque de todo lo que vendría posteriormente, incluido el ascenso del PRI después de su derrota en las elecciones de 1988 y su caída irreversible de los siguientes años. Camacho conoció entonces los resortes políticos de la ciudad, trató a sus líderes emergentes que después serían los mandos perredistas en delegaciones y el gobierno central.
ESPINOSA
Óscar Espinosa Villarreal fue el último mando capitalino propuesto por el Presidente de la República. Su gestión duró tres años en los que emprendió una cruzada modernizadora en la ciudad. Fue el promotor real de la democratización del Distrito Federal. Su carisma y aceptación política lo hicieron prematuramente precandidato para la Presidencia de la República, lo que le costó su libertad y vivir una de las etapas más complejas de su vida. Los analistas sostienen que su jefe, el presidente Ernesto Zedillo, lo dejó solo y no tuvo el menor empacho en sacrificarlo. Espinosa se convirtió en perseguido político del sexenio Zedillista y de las huestes de la izquierda que llegaron al poder capitalino.
CÁRDENAS
Administrador público mediocre, Cuauhtémoc Cárdenas ha transitado por importantes posiciones políticas gracias a su historia familiar y ahora en su calidad de líder moral de la izquierda. En esas estaba en 1997, cuando llegó al Palacio del Ayuntamiento, y en esas anda ahora, en el 2013, luchando en contra de la reforma energética. La gente olvida que Cárdenas hizo una serie de promesas que nunca se preocupó en cumplir, como la lucha en contra de la corrupción policiaca que según él se resolvería como por arte de magia. En su gestión la corrupción en el DF, alcanzó el nivel más alto de que se tenga memoria y que ahora es sello distintivo de algunos miembros del PRD.
ROBLES
Después de una carrera vertiginosa como dirigente sindical, Rosario Robles irrumpió con fuerza en el círculo íntimo del ingeniero Cárdenas que la nombró secretaria general de Gobierno del DF y después, cuando Cárdenas se lanzó a otra de sus aventuras presidenciales, la dejó como Jefe de Gobierno. Es hasta hoy la única mujer que ha tenido el mando político en el Altiplano literalmente en cientos de años. Rosario chocó de frente con grupos perredistas que ya para entonces estaban enquistados en la ciudad y se convirtió en blanco preferido de toda clase de epítetos y calumnias. Salió por la puerta de atrás, pero regresó por la puerta grande.
LÓPEZ
Cuando compitió por la jefatura de Gobierno de la ciudad, Andrés Manuel López Obrador tenía credencial de elector de Tabasco. Se dejó pasar esta anomalía, participó y ganó. Durante su gestión en aras del populismo se violaron reglamentos y se incrementó la corrupción. Vaya que le sacó provecho al puesto. Astuto y audaz no tuvo problemas para comerse en dos bocados a la pareja presidencial Fox-Sahagún para convertirse en la figura central del quehacer político en el país, en los primeros años del nuevo milenio. Tenía el camino libre a Los Pinos, pero incurrió en el pecado de la soberbia, comenzó a conducirse como presidente antes de tener la constancia de ganador en la mano. Lo demás es historia.
ENCINAS
Muchos observadores se preguntan por qué Alejandro Encinas no ha dado el estirón definitivo. Fue un fiel sucesor de su jefe López Obrador en el gobierno del DF. Sus cualidades políticas saltan a la vista, pero nunca se decidió, y ahora tal vez sea demasiado tarde, a pelear por ser el número uno, que es algo instintivo en casi todos los políticos, pero no en él, que se ubicó en una zona de confort. Todavía ahora sigue a la sombra de López Obrador con un pie en el PRD y otro en Morena. Mucho mejor formado que el tabasqueño, pudo pero no quiso ser el hombre fuerte de la izquierda, lo cual es una lástima.
EBRARD
Conforme fue cumpliendo años, Marcelo Ebrard se fue volviendo auto complaciente. Comenzó a tener una idea de sí mismo muy por encima de la percepción de los demás. Era un riesgo muy difícil de evitar. Llegó joven, saliendo de la adolescencia, a posiciones de responsabilidad mayúscula, desde tiempos de Miguel de la Madrid y Salinas de Gortari y se acostumbró a que todos alabaran su inteligencia y preparación. Perdió el piso, fue muy permisivo. Si un partido diferente al PRD hubiera ganando la elección del 2012 en la ciudad, Ebrard estaría en las mismas, o peor, que Granier, si alguien revisara sus cuentas.
MANCERA
El lance que demuestra la inteligencia de Miguel Ángel Mancera es que a la hora buena, cuando se decidió la candidatura del PRD para la Jefatura de Gobierno, se ubicó en el mejor lugar posible, con una sana distancia de las tribus perredistas enfrascadas en sus negocios turbios y entregando buenas cuentas como procurador, con el respeto de la academia de donde emergió. Durante la campaña aprovechó bien la estructura de control del perredismo, pero sin comprometerse a entregar posiciones al mayoreo. El problema ahora es que muchos perredistas están resentidos y se han convertido en el mayor peligro para su administración. La confianza ciudadana se mantiene y se espera un trabajo eficiente y pulcro a favor de los ciudadanos.
FUENTE:
http://www.cronica.com.mx/notas/2013/801884.html
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