Memorias de una mujer

Mi Propósito al escribir mis memorias es demostrar con hechos innegables que nadie es pequeño cuando se quiere engrandecer. La mujer más pobre, la mujer más abandonada, la que el infortunio convierte en hoja seca que el viento arrastra a su capricho, puede llegar a ser grande convirtiéndose en maestra de aquellos que saben menos que ella. No se necesita para esto ser una especialidad ni tener un talento gigante, ni poseer virtudes de primer orden, ni haber venido a este mundo en misión, nada de esto. Muy al contrario, sólo es preciso venir sencillamente a pagar lo mucho que debemos de anteriores existencias, adquiriendo únicamente la completa, la absoluta convicción de que nadie nos puede salvar más que nosotros mismos. Memorias de una mujer, Amalia Domino Soler

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