El doctor Eduardo Gerome es un abogado de los de antes. Él conoce como nadie todos los recovecos de la Justicia. Arrancó desde el puesto más bajo, avanzó en peldaño a peldaño en Tribunales y llegó a Juez de Instrucción. Desde su retiro de la justicia ejerce la profesión liberal y le tocó desempeñarse en casos de muy alto perfil como el del Ingeniero Santos (uno de los más resonantes casos de Justicia por mano propia), en el histórico juicio a la Juntas Militares asumiendo la defensa del Brigadier Omar Graffigna y es abogado de la Asociación de médicos anestesistas, entre otros entidades.

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