Escuchar "Entiende Las Claves, No Temas Más "
Síntesis del Episodio
Sabiendo que quieres y sabes respirar, hazlo.
Observándote, atendiéndote, por lo que,
cualquier incomodidad física, deberías resolverla,
hasta que te sientas bien.
No es que busques un estado de confort ni de extrema placidez,
pero sí mantenerte, sostenerte, en una quietud agradable, genuina,
conduciendo a tu cuerpo hacia su respuesta natural.
Igualmente, tu mente, que sepa y quiera estar presente,
hasta donde quiera y pueda.
Estabilízate ahí, recreándote en ti,
visualizándote en tu postura brevemente,
aceptando y agradeciendo tu voluntad -grande o pequeña-,
por hacer tu práctica, por sostener un ímpetu,
por la necesidad de conocerte,
de extenderte y reconocerte un poco más.
Respira pausada y profundamente,
tomando solo lo que necesitas.
Permitir, dejar, que lo que inhalas, te experimente.
Y, después, suelta.
Suelta.
Es tan profunda la acción de saber tomar y soltar,
lo que existe y es tan libre.
Y, así, deberías sentirte, más contigo.
Respira.
Suelta hasta la acción de creer, pretender,
sentir, tratar, incluso forzar,
lo que entiendes es meditar.
Suelta el concepto, suelta la idea.
Haz que tu mente no piense en eso.
Que, si quiere pensar, sea libre.
De tanto y todo lo que piensas,
Lo que crees sabes pensar,
Lo que piensas sabes.
Permítele que suelte.
No sería prudente que tu mente crea que sabe meditar.
Ya ese mismo razonamiento, invalidaría toda tu intención.
No existe forma única de estar en ti,
de saberte en ti, de amar lo de ti.
Así que, simplemente respira, con todo lo que eres.
Que se haga un juego libre, espléndido, infinito.
Que tu Ser se exprese,
en la libertad que el silencio es.
Respira.
Ante tanto escándalo visible,
tanto vacío incontrolado, tanta negación de todo,
percibe lo poderoso.
La naturaleza que habla,
la resonancia de la Luz,
el estruendo de lo auténtico,
la hermosura de las capacidades humanas,
el concierto, la sonoridad del cosmos.
Y tú, esa criatura viva,
que respira, que se encuentra, que late
y, se decide por obtenerse, tras su olvido.
Sin queja, sin culpa.
Te muestras sin verte,
no habría nada, ni una sola sensación.
Quizá un íntimo sentimiento,
ni tan propio ni tan ajeno.
Expansivo, que se integra sin resistencia
y, a su vez, se entrega sin resistencia.
Se resume en ese respiro, en ese silencio, en ese gozo.
Eres solo tu respiro.
Dirás ¿acaso todo lo demás no existe?
Existe como quieras que exista,
bajo limitantes, con estragos, padecimientos,
dolores, rencores, culpabilidades.
O, por el contrario,
resoluciones, decisiones,
voluntad conjunta con lo que sabes, Es.
Correspondencia, alineación, afinidad.
El Ser, Aquello, el Uno, Tú.
Haz tu respiro libre.
Libre, de ti.
Hasta que no lo necesites,
ni necesites nada.
Respira breve, respira nada.
¿Crees que exista un espacio, un lugar, una forma,
en la que no haya nada que respirar?
Decide eso.
Entiende las claves.
No temas más.
Respira y ve retomándote,
sintiéndote nuevamente aquí y ahora
Aceptando tu decisión y tu voluntad de estar.
Revisando sobre tus fuerzas, las ganas de vivir.
Respira profundo y agradécete.
Sé fuerte.
Sé firme.
Sé coherente.
Ámate más, siempre más, mucho más.
Om Namaha Shivaya
Observándote, atendiéndote, por lo que,
cualquier incomodidad física, deberías resolverla,
hasta que te sientas bien.
No es que busques un estado de confort ni de extrema placidez,
pero sí mantenerte, sostenerte, en una quietud agradable, genuina,
conduciendo a tu cuerpo hacia su respuesta natural.
Igualmente, tu mente, que sepa y quiera estar presente,
hasta donde quiera y pueda.
Estabilízate ahí, recreándote en ti,
visualizándote en tu postura brevemente,
aceptando y agradeciendo tu voluntad -grande o pequeña-,
por hacer tu práctica, por sostener un ímpetu,
por la necesidad de conocerte,
de extenderte y reconocerte un poco más.
Respira pausada y profundamente,
tomando solo lo que necesitas.
Permitir, dejar, que lo que inhalas, te experimente.
Y, después, suelta.
Suelta.
Es tan profunda la acción de saber tomar y soltar,
lo que existe y es tan libre.
Y, así, deberías sentirte, más contigo.
Respira.
Suelta hasta la acción de creer, pretender,
sentir, tratar, incluso forzar,
lo que entiendes es meditar.
Suelta el concepto, suelta la idea.
Haz que tu mente no piense en eso.
Que, si quiere pensar, sea libre.
De tanto y todo lo que piensas,
Lo que crees sabes pensar,
Lo que piensas sabes.
Permítele que suelte.
No sería prudente que tu mente crea que sabe meditar.
Ya ese mismo razonamiento, invalidaría toda tu intención.
No existe forma única de estar en ti,
de saberte en ti, de amar lo de ti.
Así que, simplemente respira, con todo lo que eres.
Que se haga un juego libre, espléndido, infinito.
Que tu Ser se exprese,
en la libertad que el silencio es.
Respira.
Ante tanto escándalo visible,
tanto vacío incontrolado, tanta negación de todo,
percibe lo poderoso.
La naturaleza que habla,
la resonancia de la Luz,
el estruendo de lo auténtico,
la hermosura de las capacidades humanas,
el concierto, la sonoridad del cosmos.
Y tú, esa criatura viva,
que respira, que se encuentra, que late
y, se decide por obtenerse, tras su olvido.
Sin queja, sin culpa.
Te muestras sin verte,
no habría nada, ni una sola sensación.
Quizá un íntimo sentimiento,
ni tan propio ni tan ajeno.
Expansivo, que se integra sin resistencia
y, a su vez, se entrega sin resistencia.
Se resume en ese respiro, en ese silencio, en ese gozo.
Eres solo tu respiro.
Dirás ¿acaso todo lo demás no existe?
Existe como quieras que exista,
bajo limitantes, con estragos, padecimientos,
dolores, rencores, culpabilidades.
O, por el contrario,
resoluciones, decisiones,
voluntad conjunta con lo que sabes, Es.
Correspondencia, alineación, afinidad.
El Ser, Aquello, el Uno, Tú.
Haz tu respiro libre.
Libre, de ti.
Hasta que no lo necesites,
ni necesites nada.
Respira breve, respira nada.
¿Crees que exista un espacio, un lugar, una forma,
en la que no haya nada que respirar?
Decide eso.
Entiende las claves.
No temas más.
Respira y ve retomándote,
sintiéndote nuevamente aquí y ahora
Aceptando tu decisión y tu voluntad de estar.
Revisando sobre tus fuerzas, las ganas de vivir.
Respira profundo y agradécete.
Sé fuerte.
Sé firme.
Sé coherente.
Ámate más, siempre más, mucho más.
Om Namaha Shivaya
Más episodios del podcast Meditaciones Guiadas con Mataji Shaktiananda
Tu magna inmensidad
24/09/2025
Produce amor desde tu calma
10/09/2025
Eres pulso, latido, idea y acción
04/09/2025
Quien sabe respirar, ama
20/08/2025
Lo más valiente de ti es tu alma
14/08/2025
Obra con dignidad
07/08/2025
El alma resiste sin resentir
31/07/2025
Pide luz para esta Tierra
24/07/2025
Quiero todo lo que soy
18/07/2025
Elige respirar por tu vida
10/07/2025