Escuchar "Ejerce Tu Propio Dominio"
Síntesis del Episodio
Mantén serenamente tu respiro,
consagrando este momento, esta, tu voluntad de alcanzarte
y, de indagar en ti, experimentando tu sistema,
que, como sabes, lo sostiene tu respiración.
Así que pronuncia cada respiro con la serenidad que contengas
y, procúrate más, más alivio, más alegría,
más compromiso, más encuentro.
Respira profundamente,
aceptándote y recreándote en ese Ser que eres,
tan maravilloso.
Y, que tu respiro, te llene y te vacíe
y, puedas congraciarte con ese mecanismo
tan sutil, tan bendito, el respirar.
Ve logrando esa transparencia en ti.
Ni expongas ni ocultes nada, sé simple,
respira simple y así sabrás, sentirás,
como tu pensar se aplaca, se serena,
te deja, te permite.
Respira.
No existe medición ni conteo,
más que ese ritmo interno que te está atendiendo,
así como tú lo atiendes.
Respira en calma, respira en sosiego, respira en paz.
Y, así, se van deteniendo otros ritmos
más acosadores, acechantes, ruidosos.
No te penetran, al contrario, se inhiben,
porque estás así, estás en ti, tan en ti.
Respiras y te vas percibiendo en esas respuestas traviesas
que manifiesta, en principio, tu cuerpo.
Respíralo.
Que se integre a lo que en sí es tu propio dominio,
tu sutil dominio.
Deja, permite, que sea la respiración lo que, en cierta forma,
juegue al dominio.
Pretende existir tanto control,
que es más que necesario,
que te adviertas y te ajustes a tu dominio.
Se pretende producir tanta zozobra,
por lo que, debes asumir, tu justo dominio.
Respira hasta que, de verdad no necesites,
ejercer control ni dominio ninguno.
Es posible.
Sabes que hay un flujo extraordinario,
entre conductos por demás invisibles,
a los que permaneces cercana y profundamente unido.
Y, no es que deberías creer eso, ni siquiera sentirlo,
es más allá, es como intuirlo.
Todo va y viene, de tu sustancia hacia la sustancia que Es.
No dudes.
Permite que ese, tu respiro,
sea capaz de producirte ese valor, hacia esa constante.
Sostente ahí, respira breve, respira poco, respira nada.
Respira Nada.
Y permaneces, y suele pasar que, te podrías atemorizar o afanar,
nada de eso, más bien, concilia con tus espacios de soledad, de silencio,
incluso de abandono de todo.
Y es memoria, de esa que también existe en ti
y, que apenas recuerdas.
En la que no había dolor, ni tragedia ni desencanto.
No había nada.
Concilia respirando profundamente,
abarcando este presente tan decisivo.
Respira profundo y agradece por ser tan valiente, tan leal, tan constante
y sostener tu despertar.
Respira profundo.
Estás aquí, estás presente y, estás bien.
consagrando este momento, esta, tu voluntad de alcanzarte
y, de indagar en ti, experimentando tu sistema,
que, como sabes, lo sostiene tu respiración.
Así que pronuncia cada respiro con la serenidad que contengas
y, procúrate más, más alivio, más alegría,
más compromiso, más encuentro.
Respira profundamente,
aceptándote y recreándote en ese Ser que eres,
tan maravilloso.
Y, que tu respiro, te llene y te vacíe
y, puedas congraciarte con ese mecanismo
tan sutil, tan bendito, el respirar.
Ve logrando esa transparencia en ti.
Ni expongas ni ocultes nada, sé simple,
respira simple y así sabrás, sentirás,
como tu pensar se aplaca, se serena,
te deja, te permite.
Respira.
No existe medición ni conteo,
más que ese ritmo interno que te está atendiendo,
así como tú lo atiendes.
Respira en calma, respira en sosiego, respira en paz.
Y, así, se van deteniendo otros ritmos
más acosadores, acechantes, ruidosos.
No te penetran, al contrario, se inhiben,
porque estás así, estás en ti, tan en ti.
Respiras y te vas percibiendo en esas respuestas traviesas
que manifiesta, en principio, tu cuerpo.
Respíralo.
Que se integre a lo que en sí es tu propio dominio,
tu sutil dominio.
Deja, permite, que sea la respiración lo que, en cierta forma,
juegue al dominio.
Pretende existir tanto control,
que es más que necesario,
que te adviertas y te ajustes a tu dominio.
Se pretende producir tanta zozobra,
por lo que, debes asumir, tu justo dominio.
Respira hasta que, de verdad no necesites,
ejercer control ni dominio ninguno.
Es posible.
Sabes que hay un flujo extraordinario,
entre conductos por demás invisibles,
a los que permaneces cercana y profundamente unido.
Y, no es que deberías creer eso, ni siquiera sentirlo,
es más allá, es como intuirlo.
Todo va y viene, de tu sustancia hacia la sustancia que Es.
No dudes.
Permite que ese, tu respiro,
sea capaz de producirte ese valor, hacia esa constante.
Sostente ahí, respira breve, respira poco, respira nada.
Respira Nada.
Y permaneces, y suele pasar que, te podrías atemorizar o afanar,
nada de eso, más bien, concilia con tus espacios de soledad, de silencio,
incluso de abandono de todo.
Y es memoria, de esa que también existe en ti
y, que apenas recuerdas.
En la que no había dolor, ni tragedia ni desencanto.
No había nada.
Concilia respirando profundamente,
abarcando este presente tan decisivo.
Respira profundo y agradece por ser tan valiente, tan leal, tan constante
y sostener tu despertar.
Respira profundo.
Estás aquí, estás presente y, estás bien.
Más episodios del podcast Meditaciones Guiadas con Mataji Shaktiananda
Tu magna inmensidad
24/09/2025
Produce amor desde tu calma
10/09/2025
Eres pulso, latido, idea y acción
04/09/2025
Quien sabe respirar, ama
20/08/2025
Lo más valiente de ti es tu alma
14/08/2025
Obra con dignidad
07/08/2025
El alma resiste sin resentir
31/07/2025
Pide luz para esta Tierra
24/07/2025
Quiero todo lo que soy
18/07/2025
Elige respirar por tu vida
10/07/2025