Escuchar "Clama por tu orden"
Síntesis del Episodio
Respira en orden, respira en tu orden, en tu sistema tan perfecto.
Y, así mismo, como si quisieras ordenarte.
Más si existe algún desorden, el que sea.
Todo desorden se refleja, se manifiesta en ti.
Te invade, te desajusta, te descentra,
te desubica y te hace perderte.
Así que respira clamando por tu orden.
Quizá ni siquiera notas
cuánto existe en ti que no es, ni permites nada,
así que haz que la respiración haga alguna tarea,
busca balance, adquiere fuerza, ve restituyéndote,
y, antes que nada, procura sentir amor por ti.
Dirás ¿tanto puede brindarme mi propio respiro?
Absolutamente todo.
Y el rigor ordena tu mente,
la que, si se afecta, afecta todo.
Así que concéntrate, y respira a profundidad, calma, en atención plena hacia ti,
en adquisición de confianza, y gana respeto propio.
Y, de orden en orden, todo se da.
Todo se da en ti.
Desde ese respiro sosegado, apaciguado,
esa liviandad de sentir lo justo, hasta esa afinación
que logra la mente, sabiéndose el conducto de todo
y apreciando tu respiro, que la lleva a saberse estable,
menos confundida, menos inquieta, menos trastornada.
Y respiras paciente, con exquisita voluntad, y alcanzas un silencio.
Que nada te pronuncie, ningún respiro,
ningún gesto, ninguna sonoridad.
Hazte en silencio, calla. Y, si te cuesta, insiste, calla.
Sin retener respiro, calla.
Y valora todo respiro al alcance que tengas,
a lo que ya produces en ti.
No busques nada ni tampoco encuentres.
Soporta el silencio y que el silencio te soporte.
Nada le cuesta, aunque a ti sí.
Cuando existes en desafío, cuando condicionas todo, cuando malgastas tus recursos,
cuando intentas no ser y lo logras,
cuando recurres a la arbitrariedad, cuando ofendes,
cuando reclamas sin sentido, cuando te determina lo peor,
cuando te enajenas, cuando te mientes,
es cuando el desorden reina en ti.
Dirás ¿es que acaso puede reinar?
Total.
Impera, domina, se apodera, detracta, descontrola.
Asístete en respiro, asístete.
Respira todo cuanto puedas, todo cuanto necesites,
hasta que te abandone esa oculta necesidad
que se aprovecha de ti.
¿Cómo sientes tu silencio? ¿En orden acaso?
¿Te refiere orden?
¿Cómo resistes el silencio? ¿Te grita algo?
Y aquí no hay donde esconderse.
Y más tu mente, lo sabe bien.
El registro en conciencia es implacable,
absoluto, irreductible.
¿Cómo sientes el respiro? ¿Se agita, acaso? ¿O mantiene su sosiego?
Y no permitas forcejeos mentales,
ni que una sola emoción empañe tu silencio.
No todos los silencios lo son y lo sabes.
Por eso respiras, porque aspiras el silencio absoluto,
en el que no existe nada.
Y respiras confiando en que la mente acata,
y el respiro ordena con tal sutileza, con tan profunda bondad.
Percibe si estás debatiéndote o te estás liberando,
si la mente discute o finalmente calla.
Implórale silencio.
Percibe el aplacamiento, percibe las distancias,
logra elevarte, aspira el orden.
Dirás ¿y el orden qué es? ¿Acaso existe?
Y es que lo hemos perdido tanto,
lo hemos desafiado, hemos desconfiado, hemos recaído,
y no nos damos cuenta.
Y me insistes, ¿existe?
En todo, y no lo vemos, ni lo creamos, ni lo evidenciamos, ni lo brindamos, al pensar, al creer que se acabó,
y no es cierto, sería negarse.
Y por supuesto que hay quien lo hace
a libre elección, a oscura acción.
Respira.
Reordénate, confía en eso.
Más, cuando sostienes guía, y crees.
Más cuando quieres amarte, por encima de todo,
sabiendo que es lo único posible, para que tu orden sea.
Qué divino eres. Te agradezco.
Y entonces respiras para saber que estás,
qué tanto eres, para reconocer todo esto,
desde el orden que Es.
Y que, en cierta forma, lo que distingues
va por el orden que eres.
No podrías más ni sabrías,
así que lo que queda es querer más.
Respira bien, respira a profundidad,
y, en cierta forma,
celebrándote por el orden que aspiras.
Créete.
Om Namaha Shivaya
Y, así mismo, como si quisieras ordenarte.
Más si existe algún desorden, el que sea.
Todo desorden se refleja, se manifiesta en ti.
Te invade, te desajusta, te descentra,
te desubica y te hace perderte.
Así que respira clamando por tu orden.
Quizá ni siquiera notas
cuánto existe en ti que no es, ni permites nada,
así que haz que la respiración haga alguna tarea,
busca balance, adquiere fuerza, ve restituyéndote,
y, antes que nada, procura sentir amor por ti.
Dirás ¿tanto puede brindarme mi propio respiro?
Absolutamente todo.
Y el rigor ordena tu mente,
la que, si se afecta, afecta todo.
Así que concéntrate, y respira a profundidad, calma, en atención plena hacia ti,
en adquisición de confianza, y gana respeto propio.
Y, de orden en orden, todo se da.
Todo se da en ti.
Desde ese respiro sosegado, apaciguado,
esa liviandad de sentir lo justo, hasta esa afinación
que logra la mente, sabiéndose el conducto de todo
y apreciando tu respiro, que la lleva a saberse estable,
menos confundida, menos inquieta, menos trastornada.
Y respiras paciente, con exquisita voluntad, y alcanzas un silencio.
Que nada te pronuncie, ningún respiro,
ningún gesto, ninguna sonoridad.
Hazte en silencio, calla. Y, si te cuesta, insiste, calla.
Sin retener respiro, calla.
Y valora todo respiro al alcance que tengas,
a lo que ya produces en ti.
No busques nada ni tampoco encuentres.
Soporta el silencio y que el silencio te soporte.
Nada le cuesta, aunque a ti sí.
Cuando existes en desafío, cuando condicionas todo, cuando malgastas tus recursos,
cuando intentas no ser y lo logras,
cuando recurres a la arbitrariedad, cuando ofendes,
cuando reclamas sin sentido, cuando te determina lo peor,
cuando te enajenas, cuando te mientes,
es cuando el desorden reina en ti.
Dirás ¿es que acaso puede reinar?
Total.
Impera, domina, se apodera, detracta, descontrola.
Asístete en respiro, asístete.
Respira todo cuanto puedas, todo cuanto necesites,
hasta que te abandone esa oculta necesidad
que se aprovecha de ti.
¿Cómo sientes tu silencio? ¿En orden acaso?
¿Te refiere orden?
¿Cómo resistes el silencio? ¿Te grita algo?
Y aquí no hay donde esconderse.
Y más tu mente, lo sabe bien.
El registro en conciencia es implacable,
absoluto, irreductible.
¿Cómo sientes el respiro? ¿Se agita, acaso? ¿O mantiene su sosiego?
Y no permitas forcejeos mentales,
ni que una sola emoción empañe tu silencio.
No todos los silencios lo son y lo sabes.
Por eso respiras, porque aspiras el silencio absoluto,
en el que no existe nada.
Y respiras confiando en que la mente acata,
y el respiro ordena con tal sutileza, con tan profunda bondad.
Percibe si estás debatiéndote o te estás liberando,
si la mente discute o finalmente calla.
Implórale silencio.
Percibe el aplacamiento, percibe las distancias,
logra elevarte, aspira el orden.
Dirás ¿y el orden qué es? ¿Acaso existe?
Y es que lo hemos perdido tanto,
lo hemos desafiado, hemos desconfiado, hemos recaído,
y no nos damos cuenta.
Y me insistes, ¿existe?
En todo, y no lo vemos, ni lo creamos, ni lo evidenciamos, ni lo brindamos, al pensar, al creer que se acabó,
y no es cierto, sería negarse.
Y por supuesto que hay quien lo hace
a libre elección, a oscura acción.
Respira.
Reordénate, confía en eso.
Más, cuando sostienes guía, y crees.
Más cuando quieres amarte, por encima de todo,
sabiendo que es lo único posible, para que tu orden sea.
Qué divino eres. Te agradezco.
Y entonces respiras para saber que estás,
qué tanto eres, para reconocer todo esto,
desde el orden que Es.
Y que, en cierta forma, lo que distingues
va por el orden que eres.
No podrías más ni sabrías,
así que lo que queda es querer más.
Respira bien, respira a profundidad,
y, en cierta forma,
celebrándote por el orden que aspiras.
Créete.
Om Namaha Shivaya
Más episodios del podcast Meditaciones Guiadas con Mataji Shaktiananda
Tu magna inmensidad
24/09/2025
Produce amor desde tu calma
10/09/2025
Eres pulso, latido, idea y acción
04/09/2025
Quien sabe respirar, ama
20/08/2025
Lo más valiente de ti es tu alma
14/08/2025
Obra con dignidad
07/08/2025
El alma resiste sin resentir
31/07/2025
Pide luz para esta Tierra
24/07/2025
Quiero todo lo que soy
18/07/2025
Elige respirar por tu vida
10/07/2025
ZARZA Somos ZARZA, la firma de prestigio que esta detras de los grandes proyectos en tecnología de la información.