Es el primer exmandatario del país declarado culpable de un delito de agresión sexual por abusar de la escritora E. Jean Carroll en la década de los 90. De hecho, sin ir más lejos, este viernes la justicia le ha condenado a pagar 76 millones de euros por difamación. La periodista le denunció que la hubiera violado en el probador de unos almacenes a mediados de los noventa. Trump llegó a decir que su acusación de abuso sexual era falsa, que no la conocía y que era una enferma mental. Además, está imputado por el asalto al Capitolio de hace dos años, y por llevarse documentos clasificados de la Casa Blanca. “Para entender por qué sigue ganando, hay que dar marcha atrás y volver al 2016. Vemos que los argumentos que utiliza son los mismos”, explica Carlota García Encina, experta en Estados Unidos del Instituto el Cano. “Sigue hablando, principalmente, del tema migratorio, de la economía y de la desconfianza en las instituciones. Con esos argumentos apela a la clase blanca trabajadora con pocos estudios que ya le quería hace ocho años y que está esperando a que Donald Trump termine el trabajo que empezó".

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