El estreno de la película «Whiplash» ha sido celebrado no sólo por la Academia de Hollywood, que le ha otorgado cinco nominaciones a los Oscar, sino por todos los amantes de la batería en general, que se han visto reflejados en el duro proceso de aprendizaje del protagonista, fan de Max Roach, Art Blakey y de otras leyendas de la baqueta como Gene Krupa o Buddy Rich.

La batería siempre ha sido un instrumento soñado por todos; pero ciertamente inaccesible debido a su estruendosa sonoridad, su complejidad de afinación y la cierta predisposición natural que se debe tener para trascenderla del mero acompañamiento.

No voy a entrar en el eterno debate de qué o cuál instrumento es mejor que otro porque, para mí, lo mejor es al menos manosearnos todos a lo largo de la vida para tratar de llegar el cenit de la expresividad personal; pero sí os diré que, en una banda, el 80% de la impronta del grupo viene dada por la sección rítmica. Si esta es mala, el grupo se tendrá que apoyar más en el mérito de sus composiciones pero si es buena, se convertirá en algo irresistible.

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