Comencé el 22 de septiembre esta temporada de más allá de orión en radio san vicente con uno de mis iconos musicales, Kevin Ayers, cuya música ha formado parte de mi vida y filosofía durante largo tiempo. Hoy, 12 de junio, voy a terminarla con otro, Gregg Allman, un músico, que al igual que Kevin, me ha enseñado a amar la música y a respetar este arte de creación artística como un baluarte de espiritualidad, pasión y delirio personal.

Las similitudes entre ambos músicos son muchas. Los dos rindieron a sus pies a enormes instrumentistas, los dos hicieron de la simplicidad su seña de identidad y los dos narraron en sus canciones las verdades del común de los mortales como cronistas “gonzo” del alma humana.
Hoy despediré esta temporada con la vida y la obra de uno de los músicos más emocionales y creativos que los tiempos han tenido a bien otorgarnos.
El verdadero jinete nocturno del que el propio Allman hablaba en sus canciones:

Debo seguir corriendo para mantenerme escondido
Estoy condenado a seguir caminando
La ropa que llevo ni siquiera me pertenece y esta carretera va a continuar para siempre
Pero aún me queda un dólar de plata más y no voy a dejar que me atrapen…
Nunca atraparan al jinete de medianoche

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