Tenía curiosidad. Dado el número de piscinas de alcohol que he bebido a lo largo de mi vida –por no hablar de la cocaína, morfina, barbitúricos, LSD, Rohypnol… lo que fuera- no había ninguna razón médica plausible por la cual tuviera sentido que siguiera respirando a día de hoy. Tal vez mi ADN podría darme la razón, así que me sometí a aquellos análisis sobre mi genoma y resultó que un pequeño segmento de mi cromosoma 10 tenía un linaje con el neardental. Se suponía que los neardentales no tenían descendencia en la actualidad, pero aparentemente sí la tenían… en mí. Además encontraron en él varios cientos de miles de variantes que la ciencia nunca había visto. Pasará mucho tiempo hasta que se puedan responder todas las dudas que les suscité.

Muchas de esas variantes en el genoma son acerca de cómo mi cerebro procesa la dopamina. Aparentemente soy casi inmune al alcohol, cocaína o marihuana pero no metabolizo bien el café. Podríamos decir que el café es mi kriptonita.

(Ozzy Osbourne)

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