Martin Perazzo, homenajea al mediocampista argentino, de Central Córdoba de Rosario: Tomás Felipe Carlovich.

LA TRINCHERA DEL DOLOR
Murio? el hombre. Quedo? el mito
Se eternizo la leyenda. Lo mataron, por una bicicleta.
Lo mataron, y dejaron a la pelota herida para siempre.
Su arte se transmitio? de generacio?n en generacio?n.
Se hizo grande con apodo y apellido.
El Trinche Carlovich. En la fuerza de la oralidad.
En las ane?cdotas de los bares.
En las historias en las esquinas.
Se popularizo su juego de volante central elegante, virtuoso, displicente.
Lento de andar, ra?pido de mente.
Una figura Contracultural.
Asi? se fue convirtiendo en un exponente ma?ximo del futbol lirico. Decir ‘El Trinche” es como mostrar una contrasen?a de buen gusto futbolero. Fue un guapo de magia
Fue un crack sin disciplina. De esos que la transmisio?n oral ha ido convirtiendo en pro?ceres.
Parece haber salido de un cuento de Fontanarrosa
Jugo donde quiso. Eligio donde vivir
Prefirio? el under. Esquivo las luces de la fama
Fue i?dolo del pueblo. Fue un genio de entrecasa.
Rechazo los lujos mundanos. Pocos lo vieron en la cancha.
Pero el mito nos enseñó cómo jugaba.
Se fue el Trinche. Quedara el recuerdo, y la pelota…
ATRINCHERADA, a la bronca del dolor.
(08/05/20)

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