Se dice que debemos dar el 10% de nuestros ingresos a caridad, y sí, es una práctica valiosa. Pero hay algo que vale aún más que el dinero: involucrarte personalmente. Durante mucho tiempo guardé dinero para donarlo, creyendo que eso era suficiente. Pero algo me faltaba, no lo sentía del todo genuino. Hoy lo entiendo: la verdadera contribución comienza cuando te das a ti mismo. Tu tiempo, tu liderazgo, tu compasión, tu presencia.Este mes estaré llevando un mensaje llamado “Rompiendo cadenas” a centros de reinserción social, inspirándome en la vida de Nelson Mandela y en la libertad que solo Dios puede dar. No es fácil entrar allí, pero ¿sabes algo? En esos lugares se escucha de verdad. Porque cuando tú entregas tu vida por una causa, tu voz pesa más que mil palabras.El mundo no necesita solo tu diezmo. Necesita tu corazón. Tu acción. Tu testimonio. Encuentra esa causa que te mueva. Y entrégate. Porque la caridad verdadera no es solo escribir un cheque, es estar presente donde otros han sido olvidados. [email protected]: Lunes de mentor

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