La Biblia describe a Dios como un ser perfecto, como un Padre tierno que ama infinitamente a sus criaturas. La existencia del mal se explica por la rebelión de Lucifer. Quien cuestionó el carácter de Dios y su ley. Lucifer, quien luego se convierte en Satanás, no fue destruido porque el mal era desconocido y los demás ángeles no hubieran entendido y habrían obedecido a Dios por temor y no por amor. Una vez que todas las acusaciones de Satanás queden respondidas, el y todos sus seguidores serán destruidos para siempre.

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