El puzzle de hoy podría hacerlo un niño, porque se compone de tan sólo cuatro piezas. Cuatro piezas enormes, claro. Aparentemente, cualquiera, incluso alguien con dedos rechonchos y poco hábiles, no tendría problema en coger cada una de esas piezas y ensamblarlas en el orden correcto para componer el resultado final: una hora de música que consiga hacerte aparcar cualquier otra cosa y dedicarte a ti mismo.

Parece fácil ¿verdad? Pero ojo, si no las colocas en el orden correcto, puede que el efecto no sea el deseado ¿Te atreves? Pues he aquí las piezas. Tú colócalas.

En todo puzzle hay una pieza que desde el minuto 0 sabes dónde va. Las formas perfectamente identificables de THE TANGENT te lo están cantando.

Pero también todo puzzle tiene una pieza indescriptible, inabarcable, irreconocible. Esta, además, cambia de forma según la vas recorriendo. FLAMING ROW.

¿Recuerdas la última vez que redescubriste inesperadamente algo que tenías olvidado?¿Recuerdas si la sensación fue como la primera vez? Descubre qué te produce volver a pasear por el frondoso bosque de GURANFOE. ¿Dónde se debe colocar la memoria?

Y la última pieza es tan grande que alguna vez pensamos que si éramos capaces de asimilarla, habría un antes y un después. Y así fue. Hoy volvemos a sentir su enormidad pero desde la visión que solo alguien del mismo tamaño es capaz de transmitir. ¿Hay algo más grande que un TRANSATLANTIC?

Desveladas las piezas, te contaré un secreto: sus contornos son tan flexibles que cualquier combinación encaja a la perfección. Tú solo tienes que disfrutar del conjunto.

Hasta la semana que viene.

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