Quiza sólo faltaba poner la última piedra del arco de la puerta principal de entrada y el Rey debía presenciar el acto, introduciéndola simbólicacamente en su sitio, es decir al centro de la parte superior del medio punto.
O sea, en lugar de colocar la primera piedra tal como se hace ahora para iniciar una obra, antes se celebraba sólamente el fin de ésta, con la ceremonia de ajustar la ultima piedra del arco de entrada. Acto seguido, el propietario de la casa o Palacio, quien acababa de ubicar la piedra, era el primero en pasar bajo el arco, inaugurando así verdaderamente su nueva morada. De otro modo, segun el procerdimiento actual, son los obreros de la construcción quienes estrenan en realdiad el hueco de la puerta principal de entrada. Se comprenderá bien el sentido real del acto, pues el AMO había de estrenar todas las entradas debiendo estar a su servicio.

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