En cada festejo de Año Nuevo, la ciudad de La Plata se destaca por una tradición particular que se repite en cada uno de sus barrios. Cientos de muñecos de enormes dimensiones son construidos con esmero durante meses con un sólo propósito: verlos arder en los primeros minutos del año que comienza. Dicha costumbre, que ya lleva décadas y se transmite de generación en generación ha merecido la atención de investigadores como Rosana Menna, antropóloga, quien ha realizado una importantísima tarea sobre este tema, del que compartió algunas de sus conclusiones en Pi x Radio, por Radio Provincia. Esta es la primera parte de la charla con ella.

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