En el capítulo de hoy vamos a hablar de un negocio que se lleva reinventando de siempre. Empezó como una tiendita típica de pueblo, poco a poco se fue convirtiendo en una casa de comidas, según se asentaron unas bases sólidas en el negocio pasaron a restaurante. Un negocio con su propia finca y granja que los abastece de casi todo lo que necesitan. Y con una pequeña fábrica que produce sabores y recuerdos gomeros, para que sus visitantes puedan llevarse y compartir con sus familias y amigos. Un negocio que por el trabajo de sus propietarios y su buen hacer, se ha convertido en patrimonio de la isla de la Gomera.

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