¿Por qué suele haber una disparidad tan grande entre las dos clases de cristianos, espiritual y carnal? ¿Por qué tantos cristianos viven tan lejos de su potencial en Cristo? ¿Por qué tan pocos de nosotros disfrutamos la vida abundante, productiva que ya hemos heredado? Cada año deberíamos ser capaces de decir: "Ahora soy más amoroso, apacible, gozoso, paciente, amable y gentil que lo que era el año pasado". Si no podemos decir honestamente eso, quizá no estemos siendo controlados por el Espíritu Santo. Aprenderemos que somos templo del Espíritu Santo, con una vida controlada por el Espíritu.
Examinemos algunas de las directrices bíblicas para entender qué significa ser templo del Espíritu y que es ser lleno del Espíritu.

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