La idea de hoy es una declaración de independencia de la manera de ver del ego. El ego tan solo ve ataque, pues, según dice el refrán: "piensa el ladrón que todos son de su condición".

Nuestra falsa identidad surgió como un intento de: por un lado, ocultarnos de Dios, pues creímos haber hecho posible la separación (la traición a Dios), por lo que esperábamos Su venganza, pues empezamos a atribuirle a Dios los atributos que creímos adoptar en ese momento, y esperamos ser castigados por ello.
Por otro lado, la falsa identidad nos sirve para experimentarnos como seres especiales, y para ello necesito ver un mundo externo y distinto de mi, aunque esto conlleve que sea amenazador.

El Curso también nos dice que todos nos colocamos en un principio "la cara de inocencia" pues la proyección implica el intento de ver fuera lo que creemos haber hecho, para, por contraste, sentirnos nosotros inocentes dentro.

Pues bien, ya no vamos a seguir manteniendo todos estos trucos mentales que no nos llevan a ningún sitio, pues no son más que intentos infructuosos de no asumir la responsabilidad de que nos lo estamos haciendo todo a nosotros mismos y vamos a tomar las riendas de nuestra vida diciendo: Nada ni nadie me está haciendo nada a mi, por lo que "no soy víctima del mundo que veo".

Yo soy el mundo que veo, por lo que sí no me gusta lo que veo, que no es más que una proyección de mis pensamientos, tendré que empezar por cambiar mi manera de pensar.

Ahora puedo elegir a Dios como guía pues ya sé que Dios está en mi mente!

Bienvenidos de nuevo al Reino de los Cielos! Nosotros mismos somos el Reino. Gracias por llevar a cabo este viaje sin distancia! Caminamos juntos!

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