Escuchar "Lección 72. Abrigar resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la salvación"
Síntesis del Episodio
“Abrigar resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la salvación”
Instrucciones para la práctica
Propósito: Dejar de atacar el plan de Dios como si fuera algo que no es. Y en su lugar, darle la bienvenida tal como es, y darte cuenta de que ya se ha llevado a cabo en ti.
Ejercicios más largos: 2 veces, durante diez a quince minutos.
Éste es otro ejercicio de tratar de oír la Voz de Dios. Esta vez Le estás preguntando a Dios cuál es Su plan para la salvación, para cambiar tus suposiciones acerca de lo que es. Tus
resentimientos te han representado a Dios a tu semejanza, como un cuerpo que se siente injustamente tratado por el mal comportamiento de otros (lo que incluye tu mal comportamiento). Desde este punto de vista, tu reconciliación con Él, Él exige (como cualquier ego) que sacrifiques tus placeres por él y pagues el precio por tus delitos. ¿No ves que este punto de vista acerca de Su plan es la razón por la que lo has rechazado?
En la sesión de práctica, deja de lado tus suposiciones sobre lo que es el plan de Dios y pregúntale a Él lo que es. Pregunta de todo corazón: “¿Qué es la salvación, Padre? No lo sé.
Dímelo, para que lo pueda entender”. Mientras escuchas, la actitud que tienes es importantísima. Ten confianza de que Él te contestará. “Resuélvete a escuchar” (12:6). Cuando sientas que tu confianza disminuye, repite la pregunta de nuevo, conscientemente,
“recordando que le estás preguntando al infinito Creador de lo infinito, Quien te creó a semejanza de Sí Mismo” (12:1). Puede ayudarte cambiar las palabras de las frases. Por ejemplo:
“¿Cuál es Tu plan para la salvación? Renuncio a mis suposiciones. Quiero entenderlo de verdad”. Escucha la más ligera indicación. Confía en lo que escuchas. Puedes escribirlo después si quieres.
Recordatorios frecuentes: 1 o quizá 2 por hora, durante un minuto o así.
Di: “Abrigar resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la salvación.
Permíteme aceptarlo en lugar de atacarlo. ¿Qué es la salvación, Padre?” Luego espera en silencio y escucha Su respuesta, mejor con los ojos cerrados.
Comentario
Ésta es una lección larga y nada fácil. El alcance de las ideas presentadas aquí es de enormes proporciones, incluso para el alumno avanzado del Curso (incluido yo). No hay modo de que yo dé una explicación detallada de todas las ideas en este breve comentario, así que principalmente
voy a centrarme en unas pocas ideas interesantes.
La fuerza del argumento aquí es que albergar resentimientos siempre está relacionado con el comportamiento de un cuerpo. De este modo, los resentimientos confunden a la persona con su cuerpo; se basan en la suposición de que lo que somos es un cuerpo, y que lo que Dios creó son
cuerpos. Puesto que los cuerpos mueren, Dios es un mentiroso cuando promete vida. La muerte es el último castigo por nuestros pecados, y eso es lo que Dios nos da.
Entonces el ego entra en escena en el papel de “salvador” diciéndonos: “Muy bien, eres un cuerpo. Así que apodérate de lo que puedas” (6:6). Vemos la salvación como algo relacionado con el cuerpo. O bien odiamos nuestro cuerpo y lo humillamos o lo amamos y tratamos de
exaltarlo (7:2-3).
“Mientras tu cuerpo siga siendo el centro del concepto que tienes de ti mismo, estarás atacando el plan de Dios para la salvación” (7:4). ¿Por qué? Porque el plan de Dios no tiene nada que ver con el cuerpo, tiene que ver con la mente, el ser que tú eres.
Una cosa muy importante que el Curso está intentando hacernos entender es que no somos cuerpos: “El cuerpo es lo que está fuera de nosotros, y no es lo que nos concierne. Estar sin un
cuerpo es estar en nuestro estado natural” (9:2-3). Esto va en contra de nuestra percepción habitual. La suposición universal acerca del hombre es que estamos dentro de nuestros cuerpos. Decir que el cuerpo está fuera de nosotros parece no tener sentido en absoluto. Pero en realidad,
no es una idea tan inconcebible. Hay un modo de entender cómo nuestra consciencia puede parecer que está en el cuerpo cuando en realidad está en otro sitio.
Muchos de vosotros habréis oído hablar de la realidad Virtual (RV), es decir, un mundo artificial que puedes experimentar a través de un ordenador. Mi hijo, Ben, está haciendo el doctorado en Informática en la facultad de Georgia, centrándose en RV. No hace mucho visitó unos laboratorios de RV en Japón donde estaban experimentando con RV en relación con robots. Se puso un casco de RV (de modo que sus ojos y oídos entonces contemplaban y oían
lo que se proyectaba en la pantalla de su casco o sonaba a través de los altavoces); llevaba un brazalete de RV en el brazo y en la mano. Éstos estaban conectados a un robot, que tenía una cámara y un micrófono sobe su “cabeza”, su brazo y mano mecánicos respondían a los
movimientos del brazo y de la mano de Ben. Ben estaba viendo lo que el robot “veía”, oyendo lo que “oía”, y cogiendo objetos con la mano del robot.
Luego tuvo una experiencia muy extraña. Giró su cabeza (la del robot), miró al otro extremo de la habitación, y vio su cuerpo de carne sentado en el otro extremo, llevando puesto aquel raro artilugio. La consciencia de Ben estaba dentro del robot, aunque su cuerpo estaba al otro lado de la habitación. Él parecía estar separado de su cuerpo.
Creo que nuestros cuerpos se parecen mucho a ese robot de RV. Nuestra mente recibe sólo la información de los ojos y los oídos del cuerpo, así nos engañan haciéndonos pensar que estamos dentro de él. En realidad estamos “en otro lugar”, no dentro del cuerpo. Verdaderamente, lo que
vemos en nuestro cuerpo es sólo realidad virtual. De hecho, el cuerpo está “fuera” de nosotros, y estar sin un cuerpo es nuestro estado natural.
Uno de los objetivos del Curso es ayudarnos a “ver que nuestro Ser es algo separado del cuerpo” (9:5). Espero que estos pensamientos te ayuden a tener en cuenta esa posibilidad.
Las sesiones de práctica pretenden que nos concentremos en preguntar: “¿Qué es la salvación, Padre? No lo sé” (10:6-7).La intención es que abandonemos las ideas que tenemos acerca de la “salvación”, que giran todas alrededor del cuerpo, ya sea glorificándolo o humillándolo, para
que otra cosa ocupe el lugar de esas ideas. La salvación está en la aceptación de lo que somos, y lo que somos no es un cuerpo. La lección deja la respuesta acerca de la salvación a nuestra escucha interior. Dice que si escuchamos, se nos contestará (11:3; 12:5). ???? Allen Watson
Instrucciones para la práctica
Propósito: Dejar de atacar el plan de Dios como si fuera algo que no es. Y en su lugar, darle la bienvenida tal como es, y darte cuenta de que ya se ha llevado a cabo en ti.
Ejercicios más largos: 2 veces, durante diez a quince minutos.
Éste es otro ejercicio de tratar de oír la Voz de Dios. Esta vez Le estás preguntando a Dios cuál es Su plan para la salvación, para cambiar tus suposiciones acerca de lo que es. Tus
resentimientos te han representado a Dios a tu semejanza, como un cuerpo que se siente injustamente tratado por el mal comportamiento de otros (lo que incluye tu mal comportamiento). Desde este punto de vista, tu reconciliación con Él, Él exige (como cualquier ego) que sacrifiques tus placeres por él y pagues el precio por tus delitos. ¿No ves que este punto de vista acerca de Su plan es la razón por la que lo has rechazado?
En la sesión de práctica, deja de lado tus suposiciones sobre lo que es el plan de Dios y pregúntale a Él lo que es. Pregunta de todo corazón: “¿Qué es la salvación, Padre? No lo sé.
Dímelo, para que lo pueda entender”. Mientras escuchas, la actitud que tienes es importantísima. Ten confianza de que Él te contestará. “Resuélvete a escuchar” (12:6). Cuando sientas que tu confianza disminuye, repite la pregunta de nuevo, conscientemente,
“recordando que le estás preguntando al infinito Creador de lo infinito, Quien te creó a semejanza de Sí Mismo” (12:1). Puede ayudarte cambiar las palabras de las frases. Por ejemplo:
“¿Cuál es Tu plan para la salvación? Renuncio a mis suposiciones. Quiero entenderlo de verdad”. Escucha la más ligera indicación. Confía en lo que escuchas. Puedes escribirlo después si quieres.
Recordatorios frecuentes: 1 o quizá 2 por hora, durante un minuto o así.
Di: “Abrigar resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la salvación.
Permíteme aceptarlo en lugar de atacarlo. ¿Qué es la salvación, Padre?” Luego espera en silencio y escucha Su respuesta, mejor con los ojos cerrados.
Comentario
Ésta es una lección larga y nada fácil. El alcance de las ideas presentadas aquí es de enormes proporciones, incluso para el alumno avanzado del Curso (incluido yo). No hay modo de que yo dé una explicación detallada de todas las ideas en este breve comentario, así que principalmente
voy a centrarme en unas pocas ideas interesantes.
La fuerza del argumento aquí es que albergar resentimientos siempre está relacionado con el comportamiento de un cuerpo. De este modo, los resentimientos confunden a la persona con su cuerpo; se basan en la suposición de que lo que somos es un cuerpo, y que lo que Dios creó son
cuerpos. Puesto que los cuerpos mueren, Dios es un mentiroso cuando promete vida. La muerte es el último castigo por nuestros pecados, y eso es lo que Dios nos da.
Entonces el ego entra en escena en el papel de “salvador” diciéndonos: “Muy bien, eres un cuerpo. Así que apodérate de lo que puedas” (6:6). Vemos la salvación como algo relacionado con el cuerpo. O bien odiamos nuestro cuerpo y lo humillamos o lo amamos y tratamos de
exaltarlo (7:2-3).
“Mientras tu cuerpo siga siendo el centro del concepto que tienes de ti mismo, estarás atacando el plan de Dios para la salvación” (7:4). ¿Por qué? Porque el plan de Dios no tiene nada que ver con el cuerpo, tiene que ver con la mente, el ser que tú eres.
Una cosa muy importante que el Curso está intentando hacernos entender es que no somos cuerpos: “El cuerpo es lo que está fuera de nosotros, y no es lo que nos concierne. Estar sin un
cuerpo es estar en nuestro estado natural” (9:2-3). Esto va en contra de nuestra percepción habitual. La suposición universal acerca del hombre es que estamos dentro de nuestros cuerpos. Decir que el cuerpo está fuera de nosotros parece no tener sentido en absoluto. Pero en realidad,
no es una idea tan inconcebible. Hay un modo de entender cómo nuestra consciencia puede parecer que está en el cuerpo cuando en realidad está en otro sitio.
Muchos de vosotros habréis oído hablar de la realidad Virtual (RV), es decir, un mundo artificial que puedes experimentar a través de un ordenador. Mi hijo, Ben, está haciendo el doctorado en Informática en la facultad de Georgia, centrándose en RV. No hace mucho visitó unos laboratorios de RV en Japón donde estaban experimentando con RV en relación con robots. Se puso un casco de RV (de modo que sus ojos y oídos entonces contemplaban y oían
lo que se proyectaba en la pantalla de su casco o sonaba a través de los altavoces); llevaba un brazalete de RV en el brazo y en la mano. Éstos estaban conectados a un robot, que tenía una cámara y un micrófono sobe su “cabeza”, su brazo y mano mecánicos respondían a los
movimientos del brazo y de la mano de Ben. Ben estaba viendo lo que el robot “veía”, oyendo lo que “oía”, y cogiendo objetos con la mano del robot.
Luego tuvo una experiencia muy extraña. Giró su cabeza (la del robot), miró al otro extremo de la habitación, y vio su cuerpo de carne sentado en el otro extremo, llevando puesto aquel raro artilugio. La consciencia de Ben estaba dentro del robot, aunque su cuerpo estaba al otro lado de la habitación. Él parecía estar separado de su cuerpo.
Creo que nuestros cuerpos se parecen mucho a ese robot de RV. Nuestra mente recibe sólo la información de los ojos y los oídos del cuerpo, así nos engañan haciéndonos pensar que estamos dentro de él. En realidad estamos “en otro lugar”, no dentro del cuerpo. Verdaderamente, lo que
vemos en nuestro cuerpo es sólo realidad virtual. De hecho, el cuerpo está “fuera” de nosotros, y estar sin un cuerpo es nuestro estado natural.
Uno de los objetivos del Curso es ayudarnos a “ver que nuestro Ser es algo separado del cuerpo” (9:5). Espero que estos pensamientos te ayuden a tener en cuenta esa posibilidad.
Las sesiones de práctica pretenden que nos concentremos en preguntar: “¿Qué es la salvación, Padre? No lo sé” (10:6-7).La intención es que abandonemos las ideas que tenemos acerca de la “salvación”, que giran todas alrededor del cuerpo, ya sea glorificándolo o humillándolo, para
que otra cosa ocupe el lugar de esas ideas. La salvación está en la aceptación de lo que somos, y lo que somos no es un cuerpo. La lección deja la respuesta acerca de la salvación a nuestra escucha interior. Dice que si escuchamos, se nos contestará (11:3; 12:5). ???? Allen Watson
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