Qué maravilla! ????Qué bendición saber que hay un plan para nuestra salvación que ha sido ya establecido por Dios y que no soy yo quien tengo que inventármelo. Eso precisamente es lo que nos producía un miedo atroz, pues nuestra falsa identidad o ego nos decía que éramos nosotros los que teníamos que sacarnos las castañas del fuego, los que teníamos que saber exactamente qué decir y qué hacer en cada situación,..., y, no solía salir bien, pues la competencia de intereses hacía, que la mayoría de las veces, tuviéramos el conflicto servido en bandeja a la primera de cambio. Esto nos producía un miedo atroz pues ya íbamos viendo que el plan del ego en este mundo es: "busca pero no halles". El ego nos mantenía entretenidos fabricando problemas infinitos sin solución, para que no hiciéramos lo que Dios quiere que haga..., que aquietemos nuestra mente y le preguntemos a Aquel que sabe qué es lo mejor para todos. Qué le preguntemos a Su Voz qué es lo que más nos conviene en cada situación, pues Él no se olvida de nadie, no busca satisfacer intereses particulares y conflictivos, sino que busca el bien común, aquella acción en la que todos los implicados sean más felices, pues eso es lo que quiere Dios para todos Sus santos Hijos.

Dios nos ama, y en el momento en que Su Hijo creyó que rompía la comunicación con Él, se nos dio a Su Voz para que nos recordará continuamente que no habíamos hecho nada, que seguimos siendo inocentes, y que tenemos toda Su ayuda a nuestra disposición mientras estemos en el sueño, para salir de él mediante Su perfecta Guía.

Preguntémosle todo a Jesús, pues si no lo hacemos, se lo estaremos preguntando al "loco de la casa".

Recordemos que la percepción no es directa, sino que requiere interpretación, y nuestro libre albedrío consiste en elegir "a quién" le pido la interpretación de lo que está ocurriendo: uno me hablará de ataque y el Otro de peticiones de ayuda.

A quién voy a elegir como Guía hoy al ego o a La Voz de Dios en mí?????

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