Escuchar "Lección 59. Repaso de las lecciones 41 a 45"
Síntesis del Episodio
Repaso de las Lecciones 41 a 45
“Dios va conmigo dondequiera que yo voy”
“Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo”
“Dios es mi Fuente. No puedo ver separado de Él”
“Dios es la luz en la que veo”
“Dios es la Mente con la que pienso”
Instrucciones para la práctica
Propósito: Repasar las lecciones y así dejar que se adentren en un nivel más profundo.
También, ver la relación entre ellas y lo entrelazado que está el sistema de pensamiento al que se te está llevando.
Ejercicios: Tan a menudo como puedas (sugerencia: cada hora, a la hora en punto), durante al menos dos minutos.
Solo y en un lugar tranquilo, lee una de las cinco lecciones y los comentarios relacionados. Fíjate en que los comentarios como si fueran tus propios pensamientos sobre la idea. Intenta imaginarte que son tus propias palabras. Te ayudará introducir tu nombre a menudo. Esto te preparará para la fase siguiente, en la que tú mismo produces pensamientos semejantes.
Cierra los ojos y piensa en la idea y en los comentarios. Concretamente piensa en la idea central del párrafo del comentario. Reflexiona sobre ella. Deja que surjan pensamientos relacionados (utilizando el entrenamiento que has recibido en esa práctica). Si tu mente se distrae, repite la idea y luego vuelve a reflexionar sobre ella.
Éste es el mismo ejercicio básico de la Lección 50, en el que activamente piensas sobre las ideas para dejar que se adentren más profundamente en tu mente.
Observaciones:
Al comienzo y al final del día lee las cinco lecciones.
A partir de entonces, haz una lección por sesión de práctica, el orden no importa.
Haz cada lección por lo menos una vez.
Cumplido eso, concéntrate en una lección determinada si es la que más te atrae.
Comentario
Está claro que la mayor intensidad de estas cinco ideas está en Dios, cada pensamiento empieza con esta palabra. Dios está siempre conmigo. Él es mi fortaleza, mi Fuente, mi Luz, y la Mente con la que pienso. Como dice la Biblia: “Él no está lejos de cada uno de nosotros, pues en Él vivimos, y nos movemos y existimos (Hechos de los A.17:27-28). Cuando reconozco que el ambiente en el que existo, la energía misma que forma mi vida, es Dios, la paz viene a mi mente. ¿Cómo podría estar separado del Infinito? El Hijo de Dios “no se puede separar de lo que está en él” (T.13.XI.10:2), ni de Aquello en Lo que él está.
La siguiente cosa que me doy cuenta que se le da importancia es a mi manera de ver. “La visión de Cristo es Su regalo... Hoy me valdré de este regalo” (2:5-6). “Puedo ver lo que Dios quiere que vea. No puedo ver nada más” (3:3-4). “No puedo ver en la obscuridad. Dios es la única luz”
(4:2-3). Cualquier aparente forma de ver separada de Dios no puede ser real. La Voluntad de Dios determina lo que puede verse, y Dios es la luz con la que veo. ¡Que me alegre de ver lo que Él me muestra, que yo vea tal como Él quiere que vea!
De principio a fin, la lección pone de relieve mi unidad con Dios. Si soy uno con Dios y con toda la creación, ¿cómo puedo ver diferente de Él? Por lo tanto, creer que puedo, es negar lo que
soy y desear estar separado de Dios, capaz de ver lo que Él no ve. Compartir Su visión y Sus pensamientos es afirmar mi verdadero Ser, tal como Él me creó.
“Dios va conmigo dondequiera que yo voy”
“Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo”
“Dios es mi Fuente. No puedo ver separado de Él”
“Dios es la luz en la que veo”
“Dios es la Mente con la que pienso”
Instrucciones para la práctica
Propósito: Repasar las lecciones y así dejar que se adentren en un nivel más profundo.
También, ver la relación entre ellas y lo entrelazado que está el sistema de pensamiento al que se te está llevando.
Ejercicios: Tan a menudo como puedas (sugerencia: cada hora, a la hora en punto), durante al menos dos minutos.
Solo y en un lugar tranquilo, lee una de las cinco lecciones y los comentarios relacionados. Fíjate en que los comentarios como si fueran tus propios pensamientos sobre la idea. Intenta imaginarte que son tus propias palabras. Te ayudará introducir tu nombre a menudo. Esto te preparará para la fase siguiente, en la que tú mismo produces pensamientos semejantes.
Cierra los ojos y piensa en la idea y en los comentarios. Concretamente piensa en la idea central del párrafo del comentario. Reflexiona sobre ella. Deja que surjan pensamientos relacionados (utilizando el entrenamiento que has recibido en esa práctica). Si tu mente se distrae, repite la idea y luego vuelve a reflexionar sobre ella.
Éste es el mismo ejercicio básico de la Lección 50, en el que activamente piensas sobre las ideas para dejar que se adentren más profundamente en tu mente.
Observaciones:
Al comienzo y al final del día lee las cinco lecciones.
A partir de entonces, haz una lección por sesión de práctica, el orden no importa.
Haz cada lección por lo menos una vez.
Cumplido eso, concéntrate en una lección determinada si es la que más te atrae.
Comentario
Está claro que la mayor intensidad de estas cinco ideas está en Dios, cada pensamiento empieza con esta palabra. Dios está siempre conmigo. Él es mi fortaleza, mi Fuente, mi Luz, y la Mente con la que pienso. Como dice la Biblia: “Él no está lejos de cada uno de nosotros, pues en Él vivimos, y nos movemos y existimos (Hechos de los A.17:27-28). Cuando reconozco que el ambiente en el que existo, la energía misma que forma mi vida, es Dios, la paz viene a mi mente. ¿Cómo podría estar separado del Infinito? El Hijo de Dios “no se puede separar de lo que está en él” (T.13.XI.10:2), ni de Aquello en Lo que él está.
La siguiente cosa que me doy cuenta que se le da importancia es a mi manera de ver. “La visión de Cristo es Su regalo... Hoy me valdré de este regalo” (2:5-6). “Puedo ver lo que Dios quiere que vea. No puedo ver nada más” (3:3-4). “No puedo ver en la obscuridad. Dios es la única luz”
(4:2-3). Cualquier aparente forma de ver separada de Dios no puede ser real. La Voluntad de Dios determina lo que puede verse, y Dios es la luz con la que veo. ¡Que me alegre de ver lo que Él me muestra, que yo vea tal como Él quiere que vea!
De principio a fin, la lección pone de relieve mi unidad con Dios. Si soy uno con Dios y con toda la creación, ¿cómo puedo ver diferente de Él? Por lo tanto, creer que puedo, es negar lo que
soy y desear estar separado de Dios, capaz de ver lo que Él no ve. Compartir Su visión y Sus pensamientos es afirmar mi verdadero Ser, tal como Él me creó.
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