No soy el único que experimenta los efectos de mis pensamientos.

Ya hacíamos ayer hincapié en la importancia de nuestros pensamientos. Hoy en día, hasta la ciencia nos dice, con la "Teoría de la red", por ejemplo, que nuestros pensamientos, están totalmente interconectados, pues, al ser como un nudo de la red, todo lo que pensamos llega a todas partes y afecta a la totalidad.

Solo hay que ver también como es el encéfalo, una masa ingente de neuronas interconectadas, haciendo sinapsis continuamente y transmitiendo información a todas partes.

Tenemos pruebas suficientes, incluso a nivel físico, de que lo que uno hace nos afecta a todos. El Curso hace mención a esta idea para que nos hagamos conscientes de nuestra Verdadera Identidad de Seres integrados en la totalidad.

Poner a la luz el proceso perceptual, primero pienso y luego veo (aunque parezca que sucede a la vez) nos ayuda a ver también que lo que ocurre en nuestra mente depende de nosotros, pues instante a instante estamos eligiendo que es lo que queremos ver.

El proceso perceptual, y esto ya no es tan evidente, necesita interpretación, y siempre se la estamos pidiendo a Dios o al ego.

El intérprete que elegimos, sería como el software que implementamos en el ordenador (hardware) de nuestra mente.

Dios, a través de Su Voz en nosotros nos recuerda que no nos hemos separado, que somos inocentes y que nuestra verdadera identidad es la de Unidad en Él (de ahí el nombre de "no dualidad" de estas enseñanzas).

El ego o falsa identidad, me alienta a seguir emitiendo juicios para seguir manteniendo viva la posibilidad de ser culpable y, por lo tanto, haber hecho real este loco sueño de separación.

Nosotros elegimos, preciosos hermanos...

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