Escuchar "Martes de la Decimocuarta Semana del Tiempo Ordinario, Año Impar. Lecturas Biblicas"
Síntesis del Episodio
• Gn 32, 22-32. Te llamarás Israel, porque has luchado con dioses y has podido.
• Sal 16. Yo con mi apelación vengo a tu presencia, Señor.
• Mt 9, 32-38. La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos.
La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos. Dos nuevas curaciones acrecientan aún más la fama de Cristo y manifiestan su compasión por una gran muchedumbre sin rumbo, como ovejas sin pastor. San Juan Crisóstomo comenta:
" Mirad una vez más cuán ajeno es el Señor a la vanagloria, pues para no atraerlos a Él a todos en pos de sí, envió a sus discípulos. Aunque no es ésa la única razón por la que los envía. Él quiere que se ejerciten en Palestina, como en una palestra, y así se preparen para sus combates por todo lo ancho de la tierra. De ahí que cada vez les va ofreciendo más ancho campo a sus combates en cuanto su virtud lo permita, con el fin de que luego se les hicieran más fáciles los que les esperaban... No os envío -parece decirles- a sembrar, sino a segar... Al hablarles así quería el Señor reprimir su orgullo a par de infundirles confianza, pues les hacía ver que el trabajo mayor estaba ya hecho.
" Pero mirad también aquí cómo el Señor empieza por su propio amor y no por recompensa de ninguna clase: porque se compadeció de las muchedumbres... Con estas palabras apuntaba a los príncipes de los judíos; pues habiendo de ser los pastores, se mostraban lobos. Porque no sólo no corregían a la muchedumbre, sino que ellos eran el mayor obstáculo a su adelantamiento " (Homilía 32, 2, sobre San Mateo).
Cristo nos da la solución de todo apostolado: " rogad al Señor de la mies que envíe operarios a su mies ". Esto es siempre necesario en la Iglesia y en el mundo entero. El poder de la oración es grande en toda labor apostólica. Recordemos a San Francisco Javier o a Santa Teresa del Niño Jesús.
• Sal 16. Yo con mi apelación vengo a tu presencia, Señor.
• Mt 9, 32-38. La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos.
La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos. Dos nuevas curaciones acrecientan aún más la fama de Cristo y manifiestan su compasión por una gran muchedumbre sin rumbo, como ovejas sin pastor. San Juan Crisóstomo comenta:
" Mirad una vez más cuán ajeno es el Señor a la vanagloria, pues para no atraerlos a Él a todos en pos de sí, envió a sus discípulos. Aunque no es ésa la única razón por la que los envía. Él quiere que se ejerciten en Palestina, como en una palestra, y así se preparen para sus combates por todo lo ancho de la tierra. De ahí que cada vez les va ofreciendo más ancho campo a sus combates en cuanto su virtud lo permita, con el fin de que luego se les hicieran más fáciles los que les esperaban... No os envío -parece decirles- a sembrar, sino a segar... Al hablarles así quería el Señor reprimir su orgullo a par de infundirles confianza, pues les hacía ver que el trabajo mayor estaba ya hecho.
" Pero mirad también aquí cómo el Señor empieza por su propio amor y no por recompensa de ninguna clase: porque se compadeció de las muchedumbres... Con estas palabras apuntaba a los príncipes de los judíos; pues habiendo de ser los pastores, se mostraban lobos. Porque no sólo no corregían a la muchedumbre, sino que ellos eran el mayor obstáculo a su adelantamiento " (Homilía 32, 2, sobre San Mateo).
Cristo nos da la solución de todo apostolado: " rogad al Señor de la mies que envíe operarios a su mies ". Esto es siempre necesario en la Iglesia y en el mundo entero. El poder de la oración es grande en toda labor apostólica. Recordemos a San Francisco Javier o a Santa Teresa del Niño Jesús.
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