Lección 96 de Un Curso Sobre Milagros

03/04/2019 10 min
Lección 96 de Un Curso Sobre Milagros

Escuchar "Lección 96 de Un Curso Sobre Milagros"

Síntesis del Episodio

L E C C I Ó N 96
L96 La salvación proviene de mi Yo, Que es Uno.
L96.1 1 Aunque realmente eres un Yo Que es Uno, te percibes a ti mismo como si fueses dos yoes: uno bueno y otro malo, uno lleno de Amor y otro lleno de odio, uno que es mente y otro que es cuerpo. 2 Esta sensación de estar dividido en dos yoes opuestos da lugar a un invariable y agudo conflicto, y conduce a desesperados intentos de reconciliar los aspectos contradictorios de esa autopercepción. 3 Has buscado muchas soluciones, pero ninguna de ellas te ha funcionado. 4 Los yoes opuestos que percibes en ti nunca serán compatibles, 5 pues realmente sólo existe uno.
L96.2 6 Si quieres salvarte, tienes que aceptar el hecho de que —sin importar cómo lo intentes, los medios que utilices y dónde percibas el problema— la Verdad y la ilusión no pueden reconciliarse. 7 Hasta que no lo aceptes, irás en pos de un sinnúmero de metas que no puedes alcanzar: desperdiciarás el tiempo, tus esfuerzos serán en vano, fluctuarás entre la esperanza y la duda, y cada intento será tan inútil como el anterior y fallará, como sin duda hará el siguiente.
L96.3 8 Los problemas que no tienen significado no se pueden resolver dentro del marco en el cual se plantean. 9 Dos yoes en conflicto, uno contra el otro, constituye una situación que no tiene solución, así como tampoco hay un punto sobre el cual el bien y el mal puedan ponerse de acuerdo. 10 El yo que hiciste nunca podrá ser tu Yo, ni tampoco puede tu Yo ser escindido en dos y seguir siendo Lo que es y Lo que ha de ser eternamente.
L96.4 11 Una mente y un cuerpo no pueden coexistir. 12 No trates de reconciliarlos, pues cada uno niega que el otro sea real. 13 Si eres lo físico, tu mente desaparece del concepto que tienes de tu yo, pues no tiene un lugar en el que realmente pueda formar parte de ti. 14 Si realmente eres Espíritu, entonces el cuerpo no tendrá ningún significado para Tu Realidad.
L96.5 15 El Espíritu utiliza la mente como medio para encontrar aquí su propia Expresión425, 16 y la mente que sirve al Espíritu está en paz y colmada de alegría. 17 Su poder le viene del Espíritu y por eso desempeña gustosa-mente su función aquí. 18 No obstante, la mente puede también verse a sí misma divorciada del Espíritu, y percibirse a sí misma dentro de un cuerpo al que confunde consigo misma. 19 Entonces, sin su función, la mente no tiene paz y la felicidad es extraña a su pensar.
L96.6 20 Pero, además, si la mente está separada del Espíritu, no puede pensar realmente. 21 Ha negado la Fuente de su fuerza y se considera desvalida, limitada y débil. 22 Disociada ahora de su función, la mente cree estar sola y separada, atacada por ejércitos que se organizan en su contra, y oculta en el frágil apoyo del cuerpo. 23 Ahora tiene que reconciliar lo que es diferente con lo que es lo mismo, pues piensa que para eso existe.
L96.7 24 No pierdas más tiempo en esto. 25 ¿Quién puede resolver los insensatos conflictos que presenta un sueño? 26 ¿Qué podría significar verdaderamente su resolución? 27 ¿A qué propósito serviría? 28 ¿Para qué? 29 La salvación no puede hacer que las ilusiones sean reales, ni tampoco resolver un problema que realmente no existe. 30 Tal vez guardas la esperanza de que sí pueda. 31 Pero, ¿acaso querrías que el plan de Dios para la liberación de Su querido Hijo le causara dolor y no lograra liberarlo?
L96.8 32 Tu Yo conserva Sus Pensamientos, y Éstos permanecen dentro de tu mente y en la Mente de Dios. 33 El Espíritu Santo conserva la salvación en tu mente, y le ofrece el camino hacia la paz. 34 La salvación es un pensamiento que realmente compartes con Dios, porque la Voz que habla por Él lo aceptó por ti y respondió en tu nombre que se había realizado. 35 De esta manera, la salvación se encuentra entre los Pensamientos que Tu Yo conserva cuidadosamente para ti y aprecia por ti.
L96.9 36 Hoy intentaremos ubicar este pensamiento, cuya presencia en tu mente está garantizada por El que te habla desde Tu Yo, Que es Uno. 37 Nuestras prácticas de cinco minutos cada hora estarán dedicadas a buscarlo en tu mente. 38 La salvación proviene de este Yo Que es Uno por medio de Aquel Que es el puente entre tu mente y Tu Yo.
L96.10 39 Espera pacientemente y deja que Él te hable acerca de tu Yo, y de lo que tu mente puede hacer una vez que haya sido restituida a tu Yo y se encuentre libre para servir Su Voluntad.
L96.11 40 Comienza diciendo lo siguiente:
L96.12 41 La salvación proviene de mi Yo Que es Uno. 42 Sus Pensamientos están a mi disposición.
L96.13 43 Luego, busca Sus pensamientos y reclámalos como tuyos.
L96.14 44 Estos son tus propios y verdaderos pensamientos que has negado, mientras dejabas que tu mente vagara por un mundo de sueños, en busca de ilusiones para substituirlos. 45 He aquí tus pensamientos, los únicos que realmente tienes. 46 La salvación se encuentra entre ellos; encuéntrala ahí.
L96.15 47 Si tienes éxito, los pensamientos que se te ocurran te dirán que te has salvado y que tu mente ha encontrado la función que trató de perder. 48 Tu Yo le dará la bienvenida y la colmará de paz. 49 Restaurada su fuerza, tu mente podrá fluir de nuevo desde el Espíritu al Espíritu en todas las cosas creadas por el Espíritu a semejanza de Sí Mismo. 50 Tu mente bendecirá todas las cosas. 51 Una vez que la confusión haya cesado, quedarás restaurado, pues habrás hallado tu Yo.
L96.16 52 Tu Yo sabe que hoy no puedes fracasar. 53 Tal vez tu mente siga dudándolo por un tiempo, 54 pero no te dejes desanimar por eso. 55 La alegría que tu Yo experimenta, Él la va a guardar, y será tuya en plena concienciación. 56 Cada vez que dedicas cinco minutos de cada hora a buscar a Aquel que une tu mente a tu Yo, Le estás ofreciendo un tesoro adicional para que lo salvaguarde para ti.
L96.17 57 Cada vez que dices hoy a tu agitada mente que tu salvación proviene de tu Yo Que es Uno, estás añadiendo un tesoro más a tu creciente almacén. 58 Y todo lo que contiene se le da a todo el que lo pida y acepte el presente. 59 ¡Piensa, pues, en este día, cuánto se te está dando para dar, de manera que se te pueda dar a ti!