Escuchar "Lección 91 de Un curso Sobre Milagros"
Síntesis del Episodio
L E C C I Ó N 91
L91 Los milagros385 se ven en la luz386.
L91.1 1 Es importante recordar que los milagros y la visión van necesariamente juntos. 2 Esto tienes necesariamente que repetirlo, y repetirlo frecuentemente. 3 Es una de las ideas centrales de tu nuevo sistema de pensamiento, y de la percepción que éste produce. 4 El milagro siempre está presente. 5 Su presencia no la causa tu visión, ni su ausencia es el resultado de que no logras ver. 6 Sólo tu concienciación de los milagros es la que se ve afectada. 7 Los verás en la luz, no en la oscuridad.
L91.2 8 Por eso, para ti la luz es crucial. 9 Mientras permaneces en la oscuridad, no puedes ver el milagro. 10 Así te convences de que no está ahí. 11 Esto se deriva de las premisas de las que proviene la oscuridad. 12 Negar la luz conduce a no lograr percibirla. 13 No lograr percibir la luz es percibir la oscuridad. 14 De este modo la luz no te sirve de nada, a pesar de estar ahí; 15 no la puedes utilizar porque no sabes de su presencia. 16 Y la aparente realidad de la oscuridad hace que la idea de la luz no signifique nada.
L91.3 17 Que le digan a uno que lo que no se ve, se encuentra ahí, parece una locura. 18 Es muy difícil llegar a convencerse de que es una locura no ver lo que está ahí y, en su lugar, ver lo que no está ahí. 19 Tú no dudas de que los ojos del cuerpo puedan ver. 20 No dudas de la realidad de las imágenes que te muestran. 21 Tienes fe en la oscuridad, no en la luz.
L91.4 22 ¿Cómo se puede revertir esto? 23 Para ti es imposible hacerlo, pero en esto no estás solo. 24 Tus esfuerzos, por insignificantes que sean, tienen un fuerte respaldo. 25 Si sólo te dieras cuenta de cuán grande es esa fuerza, tus dudas desaparecerían. 26 Hoy dedicaremos el día a tratar de que puedas sentir esa fuerza. 27 Cuando la sientas en ti —lo que pondrá todos los milagros fácilmente a tu alcance— dejarás de dudar. 28 Los milagros que tu sensación de ser débil ocultan se harán patentes en tu concienciación, a medida que sientas la fuerza en ti.
L91.5 29 Reserva hoy por tres veces diez minutos para un tiempo de aquieta-miento en el que tratarás de dejar atrás tu debilidad. 30 Esto se puede lograr fácilmente, cuando aprendes que no eres un cuerpo. 31 La fe se canaliza hacia lo que quieres, y tú impartes a tu mente las respectivas instruc-ciones. 32 Tu voluntad sigue siendo tu maestra, y dispone de toda la fuerza necesaria para hacer lo que desea. 33 Si así lo decides, puedes escapar del cuerpo; 34 puedes experimentar la fuerza que está en ti.
L91.6 35 Comienza las prácticas más largas con esta declaración sobre las verdaderas relaciones de causa y efecto :
L91.7 36 Los milagros se ven en la luz. 37 Los ojos del cuerpo no perciben la luz. 38 Pero yo no soy un cuerpo. 39 ¿Entonces, qué soy?
L91.8 40 La pregunta con la que finaliza esta declaración se necesita para los ejercicios de hoy. 41 Lo que piensas que eres es una creencia que debes deshacer. 42 Pero Lo que realmente eres, es algo que te tiene necesariamente
L91.11
que ser revelado. 43 La creencia de que eres un cuerpo necesita ser corregi-da, ya que es un error. 44 La Verdad de Lo que eres apela a la fuerza que es-tá en ti para que traigas a tu concienciación lo que el error te oculta.
L91.9 45 Si no eres un cuerpo, entonces, ¿qué eres? 46 Necesitas concienciar lo que el Espíritu Santo utiliza para reemplazar en tu mente la imagen de que eres un cuerpo. 47 Necesitas sentir algo en lo cual depositar tu fe, a medida que la retiras de tu cuerpo. 48 Necesitas vivir una experiencia real de otra cosa, de algo más sólido y seguro; de algo más digno de tu fe, y que esté realmente ahí.
L91.10 49 Si no eres un cuerpo, entonces, ¿qué eres? 50 Hazte esta pregunta y contéstala con sinceridad, y luego dedica varios minutos a dejar que los pensamientos equivocados que tienes acerca de tus atributos sean corregi-dos, y a que sus opuestos ocupen su lugar. 51 Por ejemplo, puedes decir:
L91.11 52 No soy débil, sino fuerte. 53 No estoy desasistido, sino que soy todopoderoso. 54 No estoy limitado, sino que soy ilimitado. 55 No dudo, sino que estoy seguro. 56 No soy una ilusión, sino una realidad. 57 No puedo ver en la oscuridad, sino en la luz.
L91.12 58 En la segunda parte de tu práctica, trata de experimentar las verda-des que acabas de leer sobre ti. 59 Concéntrate particularmente en la expe-riencia de fuerza. 60 Recuerda que toda sensación de debilidad está asociada a la creencia de que eres un cuerpo, creencia que es errónea y que, por consiguiente, no merece que tengas fe en ella. 61 Deja de tener fe en ella, aunque sólo sea por un instante. 62 A medida que avancemos, te irás acos-tumbrando a tener fe en lo que es más valioso en ti.
L91.13 63 Relájate durante el resto de la práctica, confiando en que tus esfuer-zos —por insignificantes que sean— tienen todo el respaldo de la Fuerza de Dios y de todos Sus Pensamientos. 64 Es de Ellos de donde provendrá tu fuerza. 65 Es por medio de Su fuerte Respaldo que sentirás la fuerza que es-tá en ti. 66 Dios y todos Sus Pensamientos se unen a ti en esta práctica, en la que compartes un propósito semejante al de Ellos. 67 De Ellos es la luz en la que verás milagros, porque Su Fuerza es la tuya. 68 Su Fuerza se convierte en tus ojos, para que puedas ver.
L91.14 69 Cinco o seis veces por hora, a intervalos razonablemente regulares, acuérdate de que los milagros se ven en la luz. 70 Asegúrate también de hacer frente a cualquier tentación con la idea de hoy. 71 La siguiente variación podría resultarte útil para ese propósito especial:
L91.15 72 Los milagros se ven en la luz. 73 Por eso, no voy a cerrar los ojos.
L91 Los milagros385 se ven en la luz386.
L91.1 1 Es importante recordar que los milagros y la visión van necesariamente juntos. 2 Esto tienes necesariamente que repetirlo, y repetirlo frecuentemente. 3 Es una de las ideas centrales de tu nuevo sistema de pensamiento, y de la percepción que éste produce. 4 El milagro siempre está presente. 5 Su presencia no la causa tu visión, ni su ausencia es el resultado de que no logras ver. 6 Sólo tu concienciación de los milagros es la que se ve afectada. 7 Los verás en la luz, no en la oscuridad.
L91.2 8 Por eso, para ti la luz es crucial. 9 Mientras permaneces en la oscuridad, no puedes ver el milagro. 10 Así te convences de que no está ahí. 11 Esto se deriva de las premisas de las que proviene la oscuridad. 12 Negar la luz conduce a no lograr percibirla. 13 No lograr percibir la luz es percibir la oscuridad. 14 De este modo la luz no te sirve de nada, a pesar de estar ahí; 15 no la puedes utilizar porque no sabes de su presencia. 16 Y la aparente realidad de la oscuridad hace que la idea de la luz no signifique nada.
L91.3 17 Que le digan a uno que lo que no se ve, se encuentra ahí, parece una locura. 18 Es muy difícil llegar a convencerse de que es una locura no ver lo que está ahí y, en su lugar, ver lo que no está ahí. 19 Tú no dudas de que los ojos del cuerpo puedan ver. 20 No dudas de la realidad de las imágenes que te muestran. 21 Tienes fe en la oscuridad, no en la luz.
L91.4 22 ¿Cómo se puede revertir esto? 23 Para ti es imposible hacerlo, pero en esto no estás solo. 24 Tus esfuerzos, por insignificantes que sean, tienen un fuerte respaldo. 25 Si sólo te dieras cuenta de cuán grande es esa fuerza, tus dudas desaparecerían. 26 Hoy dedicaremos el día a tratar de que puedas sentir esa fuerza. 27 Cuando la sientas en ti —lo que pondrá todos los milagros fácilmente a tu alcance— dejarás de dudar. 28 Los milagros que tu sensación de ser débil ocultan se harán patentes en tu concienciación, a medida que sientas la fuerza en ti.
L91.5 29 Reserva hoy por tres veces diez minutos para un tiempo de aquieta-miento en el que tratarás de dejar atrás tu debilidad. 30 Esto se puede lograr fácilmente, cuando aprendes que no eres un cuerpo. 31 La fe se canaliza hacia lo que quieres, y tú impartes a tu mente las respectivas instruc-ciones. 32 Tu voluntad sigue siendo tu maestra, y dispone de toda la fuerza necesaria para hacer lo que desea. 33 Si así lo decides, puedes escapar del cuerpo; 34 puedes experimentar la fuerza que está en ti.
L91.6 35 Comienza las prácticas más largas con esta declaración sobre las verdaderas relaciones de causa y efecto :
L91.7 36 Los milagros se ven en la luz. 37 Los ojos del cuerpo no perciben la luz. 38 Pero yo no soy un cuerpo. 39 ¿Entonces, qué soy?
L91.8 40 La pregunta con la que finaliza esta declaración se necesita para los ejercicios de hoy. 41 Lo que piensas que eres es una creencia que debes deshacer. 42 Pero Lo que realmente eres, es algo que te tiene necesariamente
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que ser revelado. 43 La creencia de que eres un cuerpo necesita ser corregi-da, ya que es un error. 44 La Verdad de Lo que eres apela a la fuerza que es-tá en ti para que traigas a tu concienciación lo que el error te oculta.
L91.9 45 Si no eres un cuerpo, entonces, ¿qué eres? 46 Necesitas concienciar lo que el Espíritu Santo utiliza para reemplazar en tu mente la imagen de que eres un cuerpo. 47 Necesitas sentir algo en lo cual depositar tu fe, a medida que la retiras de tu cuerpo. 48 Necesitas vivir una experiencia real de otra cosa, de algo más sólido y seguro; de algo más digno de tu fe, y que esté realmente ahí.
L91.10 49 Si no eres un cuerpo, entonces, ¿qué eres? 50 Hazte esta pregunta y contéstala con sinceridad, y luego dedica varios minutos a dejar que los pensamientos equivocados que tienes acerca de tus atributos sean corregi-dos, y a que sus opuestos ocupen su lugar. 51 Por ejemplo, puedes decir:
L91.11 52 No soy débil, sino fuerte. 53 No estoy desasistido, sino que soy todopoderoso. 54 No estoy limitado, sino que soy ilimitado. 55 No dudo, sino que estoy seguro. 56 No soy una ilusión, sino una realidad. 57 No puedo ver en la oscuridad, sino en la luz.
L91.12 58 En la segunda parte de tu práctica, trata de experimentar las verda-des que acabas de leer sobre ti. 59 Concéntrate particularmente en la expe-riencia de fuerza. 60 Recuerda que toda sensación de debilidad está asociada a la creencia de que eres un cuerpo, creencia que es errónea y que, por consiguiente, no merece que tengas fe en ella. 61 Deja de tener fe en ella, aunque sólo sea por un instante. 62 A medida que avancemos, te irás acos-tumbrando a tener fe en lo que es más valioso en ti.
L91.13 63 Relájate durante el resto de la práctica, confiando en que tus esfuer-zos —por insignificantes que sean— tienen todo el respaldo de la Fuerza de Dios y de todos Sus Pensamientos. 64 Es de Ellos de donde provendrá tu fuerza. 65 Es por medio de Su fuerte Respaldo que sentirás la fuerza que es-tá en ti. 66 Dios y todos Sus Pensamientos se unen a ti en esta práctica, en la que compartes un propósito semejante al de Ellos. 67 De Ellos es la luz en la que verás milagros, porque Su Fuerza es la tuya. 68 Su Fuerza se convierte en tus ojos, para que puedas ver.
L91.14 69 Cinco o seis veces por hora, a intervalos razonablemente regulares, acuérdate de que los milagros se ven en la luz. 70 Asegúrate también de hacer frente a cualquier tentación con la idea de hoy. 71 La siguiente variación podría resultarte útil para ese propósito especial:
L91.15 72 Los milagros se ven en la luz. 73 Por eso, no voy a cerrar los ojos.
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