Lección 70 de Un Curso Sobre Milagros

06/03/2019 7 min
Lección 70 de Un Curso Sobre Milagros

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Síntesis del Episodio

L E C C I Ó N 70
L70 Mi salvación proviene de mí.
L70.1 1 Toda tentación no es más que una variante de la tentación básica de no creer en la idea de hoy. 2 La salvación parece provenir de cualquier parte excepto de ti mismo. 3 Lo mismo puede decirse de la fuente de la culpa. 4 Tú no crees que la culpa y la salvación se encuentran en tu mente y
sólo en ella. 5 Cuando te des cuenta de que toda culpa es sólo una invención de tu mente, te darás cuenta también de que la culpa y la salvación tienen que encontrarse en el mismo lugar. 6 Al comprender esto te salvas.
L70.2 7 El aparente "costo" de aceptar la idea de hoy es el siguiente: significa que nada externo a ti puede salvarte, ni nada externo a ti puede aportarte paz. 8 Significa también que nada externo a ti puede realmente hacerte daño, perturbar tu paz o contrariarte en modo alguno.
L70.3 9 La idea de hoy te pone a cargo del universo donde te corresponde estar por razón de lo que realmente eres. 10 No es éste un papel que se pueda aceptar parcialmente. 11 Y, seguramente habrás comenzado a darte cuenta de que aceptarlo es la salvación. 12 No obstante, es probable que aún
no tengas claro por qué reconocer que la culpa está en tu propia mente conlleva asimismo darte cuenta de que la salvación está allí también.
L70.4 13 Dios no habría puesto el Remedio para la enfermedad donde no te pudiese servir de nada. 14 Así es como funciona tu mente, pero no La de Él. 15 Dios quiere que te cures y, por eso, mantiene la Fuente de la curación allí donde hay necesidad de curación. 16 Has tratado de hacer justamente
lo contrario, intentando por todos los medios —no importando
cuán distorsionados o extravagantes hayan podido ser— separar la curación de la enfermedad a la que estaba destinada, conservando de este modo la enfermedad.
L70.5 17 Tu propósito ha sido asegurarte de que la curación no tuviese lugar;
el propósito de Dios ha sido asegurarse de que sí tuviese lugar. 18 Nuestra práctica de hoy consiste en darnos cuenta de que la Voluntad de Dios y la nuestra coinciden plenamente en lo siguiente:
L70.6 19 Dios quiere que nos curemos, y nosotros no queremos realmente estar enfermos, pues eso nos hace infelices. 20 Por consiguiente, al aceptar la idea de hoy, estamos de acuerdo con Dios: 21 Él no nos quiere enfermos;
22 nosotros tampoco. 23 Él nos quiere curados; 24 nosotros también.
L70.7 25 Hoy estamos preparados para hacer dos prácticas largas, cada una de las cuales debería tener una duración de diez a quince minutos. 26 No obstante, seguiremos dejando que seas tú el que decida cuándo realizarlas. 27 Seguiremos esta norma en varias de las lecciones que siguen y, una
vez más, sería conveniente que decidieses de antemano cuándo sería el momento adecuado para cada una, y que cumplieras tus propias decisiones lo más fielmente posible.

L70.8 28 Empieza estas prácticas repitiendo la idea de hoy, añadiendo una afirmación en la que expresas que reconoces que la salvación no proviene de nada externo a ti. 29 Podrías, por ejemplo, decir lo siguiente:
L70.9 30 Mi salvación proviene de mí.
31 No puede provenir de ninguna otra parte.
L70.10 32 Luego, con los ojos cerrados, dedica unos minutos a revisar algunos de los lugares externos en los que buscaste la salvación en el pasado: otra gente, posesiones, diversas situaciones y acontecimientos y, en aquellos conceptos que tenías de ti mismo que trataste que fuesen reales. 33 Reconoce que la salvación no se encontraba en nada de
eso. 34 Dite a ti mismo:
L70.11 35 Mi salvación no puede provenir de ninguna de esas cosas.
36 Mi salvación proviene de mí, y sólo de mí.
L70.12 37 Ahora trataremos nuevamente de llegar a la luz que se encuentra en ti, que es donde se encuentra tu salvación. 38 No puedes encontrarla en los nubarrones que se anteponen a la luz, aunque es en ellos donde la has estado buscando. 39 Ahí no está. 40 La vas a encontrar —atravesando los nubarrones— en la luz que está más allá de ellos. 41 Recuerda que tendrás que atravesar esos nubarrones antes de poder alcanzarla. 42 Pero también recuerda que en las formaciones de nubes que te imaginabas que eran duraderas, nunca encontraste nada que fuese duradero o que realmente hubieses querido.
L70.13 43 Puesto que todas las ilusiones de salvación te han fallado, seguramente no querrás quedarte en las nubes buscando en vano falsos ídolos, cuando te sería tan fácil acceder a la luz de la verdadera salvación. 44 Trata
de atravesar las nubes utilizando cualquier medio que te atraiga. 45 Si te resulta útil, piensa que te estoy llevando de la mano, y que te estoy guiando. 46 Y te aseguro que esto no será una vana fantasía.
L70.14 47 Para las prácticas cortas y frecuentes de hoy, acuérdate que la salvación proviene de ti y que nada, salvo tu propio pensar, puede impedir tu progreso. 48 Estás libre de toda interferencia externa. 49 Estás a cargo de tu salvación. 50 Estás a cargo de la salvación del mundo. 51 Di, entonces:
L70.15 52 Mi salvación proviene de mí.
53 No hay nada externo a mí que me pueda detener.
54 En mí se encuentran tanto la salvación del mundo como la mía.