Escuchar "Lección 129 de Un Curso Sobre Milagros"
Síntesis del Episodio
L E C C I Ó N 129
L129 Más allá de este mundo hay un mundo que quiero.
L129.1 1 Este pensamiento es el que sigue al que practicamos ayer. 2 No puedes detenerte en la idea de que el mundo no vale nada, pues a menos que veas otra cosa en la cual poner tus esperanzas, lo único que te quedará será deprimirte. 3 No ponemos nuestro énfasis en renunciar al mundo, sino en intercambiarlo por lo que es mucho más satisfactorio, lleno de alegría, y capaz de ofrecerte paz. 4 ¿Acaso crees que este mundo puede ofrecerte eso?
L129.2 5 Puede que valga la pena dedicar un poco de tiempo a reflexionar una vez más sobre lo que este mundo vale. 6 Tal vez estés dispuesto a conceder que no se pierde nada con abandonar todo pensar que le adjudique algún valor. 7 El mundo que ves es ciertamente brutal, inestable y cruel, indife-rente en lo que a ti respecta, presto a la venganza y lleno de un odio despiadado. 8 Da pero sólo para rescindir, y te despoja de todo lo que apreciaste por un tiempo. 9 En él no se consigue un amor duradero, porque aquí no lo hay. 10 Éste es el mundo del tiempo, donde todas las cosas tienen un fin.
L129.3 11 ¿Acaso sería una pérdida encontrar un mundo en el que es imposible perder, donde el Amor perdura eternamente, el odio no existe y la venganza no tiene sentido? 12 ¿Acaso sería una pérdida hallar todas las cosas que realmente quieres, saber que no tienen fin y que perdurarán a través del tiempo exactamente como Las quieres?
L129.4 13 No obstante, incluso estas cosas serán finalmente intercambiadas por Aquello de lo que no podemos hablar, pues pasarás desde ese mundo donde las palabras son completamente inútiles a un silencio en el que no se habla ningún lenguaje pero, no obstante, se comprende perfectamente. 14 La Comunicación569, inequívoca y clara como la luz del día, permanece eternamente ilimitada por toda la Eternidad. 15 Y Dios Mismo Le habla a Su Hijo tal como Su Hijo Le habla a Él. 16 Su Lenguaje no contiene palabras, pues Lo que se dicen no se puede simbolizar. 17 Lo que saben es directo, totalmente compartido y totalmente uno.
L129.5 18 ¡Qué lejos te encuentras de esto, tú que sigues encadenado a este mundo! 19 Y, sin embargo, ¡qué cerca te encontrarás cuando lo intercambies por el mundo que sí quieres! 20 Ahora, el último paso es seguro; ahora te encuentras sólo a un instante del reflejo aquí del eterno Don. 21 Desde aquí sólo puedes mirar hacia adelante, pues nunca más querrás volver a mirar el mundo que no quieres. 22 He aquí el mundo que viene a ocupar su lugar, a medida que liberas a tu mente de las nimiedades que el mundo te ofrece para mantenerte prisionero. 23 No les atribuyas ningún valor y desaparecerán. 24 Valóralas y te parecerán reales.
L129.6 25 Ésta es la decisión que hay que tomar. 26 ¿Qué puedes perder si decides no valorar la nada? 27 Este mundo no te ofrece nada que realmente quieras, pero el que vas a escoger en su lugar ¡ése, ciertamente sí lo quieres! 28 Deja que hoy te sea dado. 29 Ese mundo espera tan solo a que te decidas por él para que tome el lugar de todas las cosas que buscas pero que no quieres.
L129.7 30 Practica tu disposición a efectuar este cambio, diez minutos una vez por la mañana y otra por la noche, y una adicional intermedia. 31 Comienza con lo siguiente:
L129.8 32 Más allá de este mundo, hay un mundo que quiero. 33 Decido ver ese mundo en lugar de éste, pues no hay nada aquí que realmente quiera.
L129.9 34 Luego, cierra los ojos al mundo que ves, y en la silenciosa oscuridad observa cómo unas luces que no son de este mundo se van encendiendo una por una, hasta que deje de ser importante para ti cuándo se enciende una y cuándo se apaga otra, a medida que se funden todas en una sola.
L129.10 35 Hoy las luces del Cielo se inclinan hacia ti, para derramar su luz sobre tus párpados, mientras descansas más allá del mundo de las tinieblas. 36 He aquí una luz en la que tus ojos no pueden mantener la vista puesta. 37 Y, sin embargo, tu mente sí la puede ver claramente y compren-derla. 38 Hoy se te da un día de gracia y damos gracias por ello. 39 Hoy nos damos cuenta de que lo que temías perder era sólo pura pérdida.
L129.11 40 Ahora comprendemos que realmente no hay pérdida. 41 Pues, finalmente hemos visto su opuesto y damos gracias de que la decisión haya sido tomada. 42 Recuerda a cada hora la decisión que tomaste y dedica un instante a confirmar tu elección, dejando a un lado cualquier pensamiento que tengas en ese momento y poniendo brevemente toda tu atención en lo que sigue:
L129.12 43 El mundo que veo no me ofrece nada que yo quiera. 44 Más allá de este mundo hay un mundo que sí quiero.
L129 Más allá de este mundo hay un mundo que quiero.
L129.1 1 Este pensamiento es el que sigue al que practicamos ayer. 2 No puedes detenerte en la idea de que el mundo no vale nada, pues a menos que veas otra cosa en la cual poner tus esperanzas, lo único que te quedará será deprimirte. 3 No ponemos nuestro énfasis en renunciar al mundo, sino en intercambiarlo por lo que es mucho más satisfactorio, lleno de alegría, y capaz de ofrecerte paz. 4 ¿Acaso crees que este mundo puede ofrecerte eso?
L129.2 5 Puede que valga la pena dedicar un poco de tiempo a reflexionar una vez más sobre lo que este mundo vale. 6 Tal vez estés dispuesto a conceder que no se pierde nada con abandonar todo pensar que le adjudique algún valor. 7 El mundo que ves es ciertamente brutal, inestable y cruel, indife-rente en lo que a ti respecta, presto a la venganza y lleno de un odio despiadado. 8 Da pero sólo para rescindir, y te despoja de todo lo que apreciaste por un tiempo. 9 En él no se consigue un amor duradero, porque aquí no lo hay. 10 Éste es el mundo del tiempo, donde todas las cosas tienen un fin.
L129.3 11 ¿Acaso sería una pérdida encontrar un mundo en el que es imposible perder, donde el Amor perdura eternamente, el odio no existe y la venganza no tiene sentido? 12 ¿Acaso sería una pérdida hallar todas las cosas que realmente quieres, saber que no tienen fin y que perdurarán a través del tiempo exactamente como Las quieres?
L129.4 13 No obstante, incluso estas cosas serán finalmente intercambiadas por Aquello de lo que no podemos hablar, pues pasarás desde ese mundo donde las palabras son completamente inútiles a un silencio en el que no se habla ningún lenguaje pero, no obstante, se comprende perfectamente. 14 La Comunicación569, inequívoca y clara como la luz del día, permanece eternamente ilimitada por toda la Eternidad. 15 Y Dios Mismo Le habla a Su Hijo tal como Su Hijo Le habla a Él. 16 Su Lenguaje no contiene palabras, pues Lo que se dicen no se puede simbolizar. 17 Lo que saben es directo, totalmente compartido y totalmente uno.
L129.5 18 ¡Qué lejos te encuentras de esto, tú que sigues encadenado a este mundo! 19 Y, sin embargo, ¡qué cerca te encontrarás cuando lo intercambies por el mundo que sí quieres! 20 Ahora, el último paso es seguro; ahora te encuentras sólo a un instante del reflejo aquí del eterno Don. 21 Desde aquí sólo puedes mirar hacia adelante, pues nunca más querrás volver a mirar el mundo que no quieres. 22 He aquí el mundo que viene a ocupar su lugar, a medida que liberas a tu mente de las nimiedades que el mundo te ofrece para mantenerte prisionero. 23 No les atribuyas ningún valor y desaparecerán. 24 Valóralas y te parecerán reales.
L129.6 25 Ésta es la decisión que hay que tomar. 26 ¿Qué puedes perder si decides no valorar la nada? 27 Este mundo no te ofrece nada que realmente quieras, pero el que vas a escoger en su lugar ¡ése, ciertamente sí lo quieres! 28 Deja que hoy te sea dado. 29 Ese mundo espera tan solo a que te decidas por él para que tome el lugar de todas las cosas que buscas pero que no quieres.
L129.7 30 Practica tu disposición a efectuar este cambio, diez minutos una vez por la mañana y otra por la noche, y una adicional intermedia. 31 Comienza con lo siguiente:
L129.8 32 Más allá de este mundo, hay un mundo que quiero. 33 Decido ver ese mundo en lugar de éste, pues no hay nada aquí que realmente quiera.
L129.9 34 Luego, cierra los ojos al mundo que ves, y en la silenciosa oscuridad observa cómo unas luces que no son de este mundo se van encendiendo una por una, hasta que deje de ser importante para ti cuándo se enciende una y cuándo se apaga otra, a medida que se funden todas en una sola.
L129.10 35 Hoy las luces del Cielo se inclinan hacia ti, para derramar su luz sobre tus párpados, mientras descansas más allá del mundo de las tinieblas. 36 He aquí una luz en la que tus ojos no pueden mantener la vista puesta. 37 Y, sin embargo, tu mente sí la puede ver claramente y compren-derla. 38 Hoy se te da un día de gracia y damos gracias por ello. 39 Hoy nos damos cuenta de que lo que temías perder era sólo pura pérdida.
L129.11 40 Ahora comprendemos que realmente no hay pérdida. 41 Pues, finalmente hemos visto su opuesto y damos gracias de que la decisión haya sido tomada. 42 Recuerda a cada hora la decisión que tomaste y dedica un instante a confirmar tu elección, dejando a un lado cualquier pensamiento que tengas en ese momento y poniendo brevemente toda tu atención en lo que sigue:
L129.12 43 El mundo que veo no me ofrece nada que yo quiera. 44 Más allá de este mundo hay un mundo que sí quiero.
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