Estamos viviendo grandes retos que requieren que podamos tener conversaciones difíciles y respetar las opiniones de los demás. No es que vayamos a cambiar nuestras creencias porque alguien nos ofrezca una opinión diferente. Temas como la religión y política son temas que requieren mucha delicadeza. Prefiero no tener esas conversaciones. De encontrarme en una conversación sobre temas cargados de emoción y creencias, busco usar mis habilidades como coach. 
En conversaciones difíciles, es mejor escuchar atentamente y no interrumpir. Al escuchar con mucha atención demostramos que queremos entender lo dicho. Que nos interesa saber que opina la otra persona. Demostramos que respetamos su opinión aún que no estemos de acuerdo. Lo segundo es hacer preguntas que lleven a la otra persona o personas a elaborar sobre lo que han dicho. En ocasión ocurre alguna confusión porque creemos que sabemos que es lo que la persona nos está diciendo y no es así. Permítele a la persona que se explique. El mejor regalo que le puedes dar a alguien es el escucharle atentamente.  El mundo necesita que nos respetemos y tengamos paciencia para crear un mundo mejor.

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