Las Tentaciones de Cristo - Art Katz
                                 Por: Nuestro caminar con Dios                            
                                                
                                                
                        
                            Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.
Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: a ti daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.
Respondiendo Jesús, le dijo: vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará cerca de ti, que te guarden; y, en las manos te sostendrán para que no tropieces con tu pie en piedra.
Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: no tentarás al Señor tu Dios.
Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.
Sería una hazaña bastante grande hacerle justicia a este pasaje de la Escritura. Eleva cuestiones que necesitan ser probadas y examinadas con detenimiento. ¿De qué forma son estas tres tentaciones algo que cubre todo el panorama de lo
que es la vida en Dios? ¿De qué manera nos muestra las respuestas de Jesús la forma en que pueden enfrentarse?
¿Habríamos de ocuparnos con este pasaje de la Escritura, o es meramente una narrativa histórica para nuestro mero interés? ¿Tiene alguna relevancia o aplicación para los creyentes de hoy en día? ¿Qué hay detrás del hecho de que Jesús haya
comenzado su respuesta a cada tentación con las palabras, “escrito está, dicho está…”?
Evidentemente, las Escrituras citadas respondieron a las tentaciones de forma tan eficaz que el diablo se apartó de Él, sabiendo que habría otra oportunidad en el futuro. Cada respuesta de Jesús fue enunciada sobre el Dios de las Escrituras, el Dios que había hablado. Cada ataque y tentación estaban diseñados para apartarle de ese centro. ¿A qué otro centro deseaba el diablo trasladar a Jesús?
                        
                        Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: a ti daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.
Respondiendo Jesús, le dijo: vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará cerca de ti, que te guarden; y, en las manos te sostendrán para que no tropieces con tu pie en piedra.
Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: no tentarás al Señor tu Dios.
Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.
Sería una hazaña bastante grande hacerle justicia a este pasaje de la Escritura. Eleva cuestiones que necesitan ser probadas y examinadas con detenimiento. ¿De qué forma son estas tres tentaciones algo que cubre todo el panorama de lo
que es la vida en Dios? ¿De qué manera nos muestra las respuestas de Jesús la forma en que pueden enfrentarse?
¿Habríamos de ocuparnos con este pasaje de la Escritura, o es meramente una narrativa histórica para nuestro mero interés? ¿Tiene alguna relevancia o aplicación para los creyentes de hoy en día? ¿Qué hay detrás del hecho de que Jesús haya
comenzado su respuesta a cada tentación con las palabras, “escrito está, dicho está…”?
Evidentemente, las Escrituras citadas respondieron a las tentaciones de forma tan eficaz que el diablo se apartó de Él, sabiendo que habría otra oportunidad en el futuro. Cada respuesta de Jesús fue enunciada sobre el Dios de las Escrituras, el Dios que había hablado. Cada ataque y tentación estaban diseñados para apartarle de ese centro. ¿A qué otro centro deseaba el diablo trasladar a Jesús?
                            
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